Baja complejidad y alta eficacia: El contacto directo piel con piel entre el recién nacido y su madre, entre otras cosas, proporciona una mayor supervivencia en los pequeños prematuros, es decir, aquellos nacidos antes de la semana 37 o con un peso igual o inferior a 3.5 libras.

Esta práctica, conocida como el “Método Madre Canguro”, cuenta con evidencias científicas y el respaldo de organismos como la Organización Mundial de la Salud o UNICEF.

La doctora Carmen Pallas, jefa del Servicio de Neonatología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid profundiza en los beneficios que suponen estas prácticas para los prematuros, en su supervivencia y su calidad de vida.

¿Qué supone el contacto directo de piel con piel?

El Método Madre Canguro puede ser una intervención determinante en países en vías de desarrollo, donde no hay incubadoras, ya que los prematuros son incapaces de termorregularse, disminuyendo sus posibilidades de supervivencia por ello.

El calor materno -o paterno- en estos casos puede suponer una gran diferencia. Pero lo cierto es que este método es igualmente importante en países desarrollados.

“Consideramos la piel como un órgano inerte, pero la piel está llena de terminaciones nerviosas que al final terminan integrándose en el cerebro y, por tanto, tiene un efecto en el individuo”, señala Pallas.

La doctora especializada en neonatología habla de los numerosos beneficios del Método Madre Canguro, no solo incrementa la supervivencia de los prematuros, otros beneficios, intrínsecamente relacionados con la supervivencia del prematuro, son:

Mejora el vínculo con la madre o padre. La cercanía, la calidez… Este tipo de prácticas se ha demostrado que mejoran de manera incuestionable el vínculo entre los progenitores y el recién nacido.

El contacto de toda la pared del tórax tanto en la madre o el padre como en el niño produce cambios hormonales en ambos. Reduce el estrés, lo que conduce a un menor nivel de cortisol, hormona que produce daños para el desarrollo cerebral.

Lactancia. Cuando el recién nacido está en contacto con su madre además de iniciar de manera precoz la lactancia, también conduce a una mayor producción de leche (por el impacto hormonal antes mencionado).

Lo antes mencionado produce a su vez una serie de beneficios, entre los que se distinguen:

La mayor producción de leche significa menores probabilidades de sufrir cáncer de mama.

Investigaciones demuestran que hay menores índices de depresión en aquellas madres que dan el pecho.

La apnea puede ser una dolencia muy frecuente en los prematuros. Alguna de las razones que se han estudiado son los problemas de temperatura o de alimentación, por lo que el contacto piel con piel y la lactancia juegan un papel fundamental en este sentido.

El mero contacto con la piel del bebé es un excelente método analgésico, por lo que cualquier procedimiento realizado en cuidado canguro, explica la doctora, le duele menos.

¿Menos trastornos del comportamiento?

Algo que llama especialmente la atención es que en recién nacidos prematuros se detecta con mayor frecuencia casos de trastornos de comportamiento a medida que crecen. El contacto madre/padre e hijo se ha demostrado que reduce esa probabilidad.