La tendencia de utilizar medicamentos inyectables destinados al tratamiento de la diabetes, como una solución rápida para perder peso, ha generado preocupación entre los expertos en salud.

Uno de estos, la semaglutida, conocida comercialmente como Ozempic, ha ganado popularidad como una forma para adelgazar rápidamente, a pesar de que su indicación médica no está relacionada con la pérdida de peso.

El uso indebido de semaglutida y de otros fármacos similares con fines de adelgazamiento puede acarrear graves consecuencias para la salud, especialmente, en términos estéticos.

Uno de ellos es la pérdida de volumen en áreas clave del rostro, la delgadez excesiva de la piel y la aparición prematura de arrugas y líneas de expresión.

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Estos cambios no deseados en la apariencia facial pueden tener un impacto significativo en la autoestima y en la percepción de uno mismo. Estos se asemejan con los producidos por fármacos como, por ejemplo, los antirretrovirales, o con las cirugías plásticas mal realizadas (particularmente, la bichectomia o extracción de bolsas grasas de la cara).

Es importante destacar que estas drogas no están recomendados ni aprobados para la pérdida de peso en personas que no padecen diabetes.

Ante esta preocupante tendencia, es fundamental educar sobre los riesgos asociados con el uso irresponsable de medicamentos para perder peso. La belleza no debe ponerse por encima de la salud, y buscar soluciones rápidas puede conducir a consecuencias negativas en el largo plazo.

Se recomienda siempre buscar orientación médica adecuada antes de iniciar cualquier tratamiento para perder peso. Los efectos adversos en la estética facial deben tenerse en cuenta y de presentarse consultar con un cirujano plástico certificado para una eventual corrección.