El cáncer de piel es uno de los más frecuentes en el mundo. El Informe sobre el Cáncer de piel 2020: Deteniendo la epidemia global, emprendido por la organización Euromelanoma y la Coalición Global para la Defensa del Paciente con Melanoma reveló que hasta ese año los casos detectados de melanoma se situaban en 287,723 diagnósticos al año en todo el mundo, lo que suponía unas 60,000 muertes anuales por la afección.

Aunque el melanoma cutáneo comprende solo entre el 1% y el 4% de todos los tumores de piel, es el que causa mayor mortalidad porque es el más agresivo. En la actualidad, Uruguay ocupa el primer lugar en la región, con unos 270 casos y 91 fallecimientos anuales.

El Global Cancer Observatory de la Organización Mundial de la Salud señala que la incidencia de este tipo de cáncer está en aumento en todo el mundo y que para 2040, se estima un incremento del 56% de casos de melanoma cutáneo.

La dermatóloga Cyntia de los Santos, directora de Montevideo Skin, detalla que el tratamiento de este cáncer en estadios tempranos es quirúrgico y que es potencialmente curativo, muchas veces sin necesidad de más tratamiento. Añade también que cuando se trata de un melanoma metástico hay que estudiar el perfil genético para aplicar tratamientos de inmunoterapia que tratan específicamente la mutación de ese tumor. Estos tratamientos apuntan a disminuir el problema de salud y mejorar la calidad de vida del afectado.

Origen

Este tipo de cáncer de piel se desarrolla cuando los melanocitos, que son las células que le dan a la piel su color, comienzan a crecer sin control. El melanoma se produce a partir de una lesión maligna y en su crecimiento, invade el torrente sanguíneo.

La exposición a la radiación UV emitida naturalmente por el sol o por fuentes artificiales, como las camas solares, es la principal causa del melanoma cutáneo. El bronceado es la respuesta de la piel ante la agresión causada por este tipo de radiación y el daño se acumula a lo largo de toda la vida.

La exposición solar prolongada sin protección y las quemaduras solares de la infancia, son factores de riesgo para padecer de melanoma, carcinoma espinocelular y carcinoma basocelular en la edad adulta.

La Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer, señala que el 80% de la exposición solar ocurre antes de los 18 años. La exposición temprana en la niñez a la radiación UV, así como antecedentes de quemaduras importantes constituyen importantes factores de riesgo de melanoma.

El fenotipo de la piel también juega un papel fundamental: tienen mayor riesgo las personas de piel clara, pelirrojos o con gran número de lunares (mayor a 50).

Una buena medida de prevención es respetar y cuidar el color de nuestra piel, de esa forma estaremos preservando nuestra salud.

Prevención

De los Santos sostiene que como prevención primaria lo que hay que adoptar son conductas respecto al cuidado con el sol, algo que se debe inculcar desde pequeños y con especial énfasis aquellas personas que tienen antecedentes familiares de este tipo de cáncer.

El sol está presente aunque esté nublado y en consecuencia uno se expone a la radiación ultravioleta siempre que se encuentre al aire libre durante el día. Por esta razón, es importante y necesario protegerse del sol todo el año. Hay que tener especial cuidado desde mediados de septiembre hasta fines de marzo, cuando las radiaciones UV son más intensas. En estos meses hay que evitar exponerse al sol entre las 10 y 16 horas.

Las medidas más eficaces para cuidar la salud -de acuerdo con la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer- se resumen en: usar ropa de trama compacta y colores oscuros, sombrero de ala ancha y lentes de sol con protección UV; buscar la sombra teniendo presente que cuanto más corta es la sombra que proyecta el cuerpo, mayor es el riesgo que se corre; cubrir las zonas expuestas al sol con protector solar factor 30 o superior y reaplicarlo cada 3 horas, tras mojarse o transpirar mucho, ya que disminuye la intensidad de la radiación UV pero no la bloquea.

La profesional advierte sobre quienes en esta época del año visitan ciudades termales ya que el agua caliente elimina en muy pocos minutos el protector solar. Además, alienta al uso de prendas con materiales específicos que bloqueen los rayos nocivos.

Protegerse del sol es la mejor medida preventiva para evitar el cáncer de piel y conocer la propia piel es el primer paso para preservar la salud.

ABCDE

Además de la visita de revisión anual al dermatólogo, conocer la piel propia es el primer paso para identificar a tiempo cambios que pueden requerir de intervención profesional.

El método ABCDE tiene como objetivo encontrar en la piel del cuerpo lesiones sospechosas de ser un melanoma.

Lucia Torroba, especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, subraya que es importante hacer esta revisión en una habitación bien iluminada usando un espejo de cuerpo entero además de uno de mano para las áreas más difíciles de ver.

Además enfatiza en que no se debe de olvidar ninguna parte del cuerpo, incluidas las palmas y plantas de manos y pies, el cuero cabelludo, orejas, uñas y espalda.

¿Qué significa cada letra del método y qué hay que mirar?

  • A: Asímetria. Ver si hay diferentes texturas, si la forma no es simétrica
  • B: Bordes. Los bordes de la lesión son irregulares, a veces como un mapa, borrosos
  • C: Color. Más de un color en un mismo lunar
  • D: Diámetro. Los melanomas generalmente son más grandes que los lunares; más de 6mm puede ser sospechoso
  • E: Evolución. Las lesiones benignas conservan su aspecto a lo largo del tiempo; un lunar que cambie sus características puede ser un melanoma. Observar si sangra o pica

Si algún lunar parece sospechoso no hay que dejarse estar y consultar con un médico. Lo que en la superficie puede parecer una pequeña mancha marrón en la piel en profundidad puede ser un enorme problema. Un melanoma encontrado a tiempo tiene muchas más chances de ser curado.