Las vacunas de refuerzo contra el COVID-19 pudieran estar acercándose para al menos algunos estadounidenses, pero el gobierno de Joe Biden ya está bajando las expectativas, lo que ilustra cuándo tiene que determinarse aún científicamente.

El plan inicial era ofrecer los refuerzos de Pfizer o Moderna a partir del 20 de septiembre bajo autorización de los reguladores federales. Pero el gobierno admite ahora que las dosis de refuerzo de Moderna probablemente no estarán listas para entonces, dado que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) necesita más evidencia para decidir. Además, Moderna quiere que el refuerzo tenga la mitad de la dosis de las inyecciones originales.

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Respecto al refuerzo de Pfizer, quién necesita realmente otra dosis inmediata no es tampoco una decisión simple. Lo que se recomendará al final para una persona de 80 años vacunada en diciembre pudiera ser diferente que para una de 35 años inmunizada en la primavera, que casi seguramente conseguiría un refuerzo más fuerte si espera más por una inyección adicional.

Los asesores científicos de la FDA debatirán públicamente la evidencia de Pfizer el 17 de septiembre, apenas tres días antes de la fecha fijada por el gobierno para comenzar los refuerzos. Si la FDA aprueba otra dosis, entonces los asesores de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC, en inglés) recomendarán quién debe recibirlas.

Eso es complicado, porque aunque los datos derivados de la experiencia real indican que las vacunas utilizadas en Estados Unidos siguen ofreciendo una fuerte protección contra una enfermedad severa y muerte por coronavirus, su capacidad para prevenir infecciones moderadas está bajando. No está claro cuánto de ello se debe a una baja de la inmunidad o a la variante delta —que es más contagiosa— o al hecho de que delta azotó justamente cuando gran parte del país abandonó el uso de máscaras y otras precauciones.

Cuándo comenzar los refuerzos “se vuelve una cuestión de juicio”, dijo el doctor Jesse Goodman, exjefe de vacunas en la FDA. “Y ¿es urgente o tenemos tiempo para esperar por los datos?”.

Los CDC están ponderando ya recomendar los primeros refuerzos solamente para hogares de ancianos y personas de edad más avanzada que estarían en mayor riesgo de enfermarse gravemente si su inmunidad baja, y los trabajadores de salud que no puede trabajar con siquiera una infección débil.