Hacer composta en casa es relativamente fácil. Solo necesitas comenzar y tener persistencia. Lo importante es saber qué vas a añadirle a tu composta, cómo mezclarla correctamente y el envase y lugar donde vas a prepararla. 

Raúl Rosado, agroempresario de Desde Mi Huerto, explica que la composta es el resultado de un proceso de biodegradación de materia orgánica llevado a cabo por organismos y microorganismos del suelo bajo ciertas condiciones. Es una forma de natural de reciclaje.

Para preparar la composta 

“Para que se descompongan los organismos tienes que hacer una mezcla en donde utilices carbono, nitrógeno, agua y oxígeno. La proporción al mezclar estas sustancias es esencial para que el proceso se desarrolle de manera adecuada”, indica Rosado. 

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Según el agrónomo, el carbono y el nitrógeno lo obtienes creando capas, una y una, alternadas, de materiales compostables secos (carbono) y de materiales compostables sin descomponerse (en el proceso de secarse crea nitrógeno). Mira el recuadro con la lista de cuáles son estos materiales. 

Para que la descomposición se efectúe con rapidez y libre de malos olores, la mezcla debe mantenerse húmeda (con agua) y aireada (oxígeno) en todo momento.

Envase para la mezcla 

El tamaño de la composta va a depender del espacio disponible, del tiempo que puedas dedicarle y de la cantidad de desperdicios orgánicos que genera tu familia.

Dice el experto que si vives en un apartamento vas a hacer una composta pequeña, en tu balcón, por lo que puedes utilizar un zafacón de plástico con tapa al que le hagas agujeros por los lados para que se mantenga con oxígeno. Si vives en una casa con patio o con terreno puedes hacer un contenedor de madera, o de tela metálica o de jaula. También puedes usar un barril o contenedor de basura. Si usas un contenedor sólido hazle algunos huecos para proveer ventilación adentro del mismo. Si utilizas madera, puedes dejar espacio entre las tablas con el mismo propósito. Si usas la tela metálica para jaulas no tendrás ningún problema de ventilación.

Localización 

“La mezcla debe hacerse en un lugar donde haya agua disponible, sea accesible para añadir y remover materiales, reciba unas seis horas de luz del sol y no afecte la apariencia del área. Lo ideal es que la composta se mantenga lo más húmeda posible, así que un área con un poco de sombra”, sostiene.

Lista para usarse 

En unos cinco días, el centro de la mezcla alcanzará temperaturas sobre los 100°F, lo que indica que el proceso, la descomposición, se está efectuando de manera adecuada. Mientras la descomposición esté en progreso, la temperatura se mantendrá elevada. Voltea la mezcla una vez a la semana para proveer oxígeno. 

“La composta estará lista cuando el 70% de la mezcla esté hecha tierra negra y casi no vas a ver residuos y la temperatura del centro de la pila haya disminuido. Puedes filtrar la mezcla en un colador de malla gruesa y con el material que no pase, inicias una nueva composta”, subraya el presidente de Desde Mi Huerto, empresa que vende semillas orgánicas y que ofrece talleres de huertos, entre otros.

Ventajas de hacer composta 

La composta es un abono orgánico y reduce la necesidad de la utilización de fertilizantes químicos. Se puede utilizar en sustitución del musgo (peat moss), en la preparación de mezclas de suelo o tierra. Reduce y recicla residuos orgánicos y aumenta la capacidad de los suelos para absorber y retener agua y nutrimentos. 

Materiales compostables 

Secos 

(En el proceso de descomposición crea carbono)

hojas secas, triturarlas

pasto cortado y secado al sol

serrín, virutas de madera (en pocas cantidades)

periódico, cartón y papel en tiras

cáscaras de huevo (trituradas)

En descomposición 

(En el proceso de secarse crea nitrógeno)

grama y hojas verdes

cáscaras y restos de frutas y verduras 

estiércol de animales herbívoros, como vacas y caballos

borra de café 

hojas y bolsitas de té

Materiales no compostables

Carnes, huesos, restos de pescado, granos cocidos, huevos, restos de comida cocinada; emiten malos olores y atraen plagas

aceites y grasas; se pudren generando mal olor

productos lácteos pues pueden aportar bacterias indeseables

excrementos de animales carnívoros ya que pueden contener microorganismos peligrosos para la salud

malezas, plantas persistentes y semillas

material inorgánico, que no se degradan, como vidrios, latas, metales, plásticos

plantas enfermas 

cenizas de carbón (no se descomponen)

residuos que contengan plaguicidas