Con apenas 11 años, y la ayuda de su familia, Andrea Arriaga Camacho, convirtió su pasión por hacer jabones artesanales en una empresa que dona sus ganancias a organizaciones sin fines de lucro.

“Yo pienso que si uno tiene un talento, uno tiene que aprovecharlo. Yo lo aprovecho para llevar la palabra de Dios y para ayudar con el dinero que a veces necesitan muchas personas”, declaró la pequeña empresaria.

Hace poco más de un año que Arriaga Camacho comenzó a crear jabones artesanales después de que tomó un seminario sobre ese producto.

“Yo dejé mi trabajo para ayudarle a realizar este sueño. Esto salió como una idea de ella y yo he querido apoyarla en todo”, declaró la progenitora de la empresaria, Binary Camacho de 46 años.

Arriaga Camacho estampa sobre los jabones, que se venden entre los $2 y $5, extractos de la Biblia y, junto a su madre, se traslada a diferentes localidades para comercializarlos.

“Nosotros le ponemos una estampa a los jabones con la palabra de Dios. Yo creo que así puedo acercar la gente hasta él”, declaró la niña.

Recientemente visitó con su empresa "Soaps Andrea", certificada por el Departamento de Estado como una organización sin fines de lucro, el centro comercial, Santa Rosa Mall en Bayamón.

La madre contó que Arriaga Camacho inició vendiendo sus jabones a sus compañeras de clases en el Colegio Puertorriqueño de Niñas, pero posteriormente tuvo que trasladarse a espacios más grandes en respuesta a la creciente demanda por sus productos.

“Me siento más que orgullosa porque puedo ver que Andrea tiene un corazón bien grande que lo ha podido unir con su creatividad. La última organización que ayudó el mes pasado se llama ‘Regalo de Amor’ y buscaban recursos para ofrecer juguetes y comidas a distintas familias necesitadas”, comentó Camacho.

La pequeña mencionó que buscará diversificar los ofrecimientos de su empresa con el fin de colectar fondos suficientes para más de una institución benéfica a la vez. Así también, espera por la certificación de la Compañía de Fomento Industrial para convertirse en una artesana.

“Tenemos que ayudarnos y yo creo que otros niños deben saber que pueden utilizar sus talentos para hacer cosas por los demás”, dijo Arriaga Camacho.

La pequeña visionaria venderá sus jabones del 1 al 4 de febrero en el centro comercial Plaza Caparra de Guaynabo.