Washington.- La comisionada residente en Washington, Jenniffer González, ofreció esta tarde un mensaje en el hemiciclo de la Cámara baja federal para informar a sus colegas, sobre la magnitud de la catástrofe que vive Puerto Rico tras el impacto del huracán María.

“El Puerto Rico que conocíamos hace apenas dos semanas ya no es el mismo. Pero somos fuertes y, con la ayuda de nuestros conciudadanos, construiremos una isla aún mejor para nuestros hijos e hijas y futuras generaciones”, indicó Gonzalez, después de reunirse en la Casa Blanca con el vicepresidente Michael Pence, junto al senador republicano Marco Rubio (Florida).

Se trata, advirtió, de un desastre de proporciones sin precedentes.

“Recordemos  que, incluso antes de que los vientos y las olas de Irma y María comenzaran a azotar sus costas, Puerto Rico ya estaba en grave situación económica. 

Todavía estamos comprometidos en operaciones de salvamento de vidas, buscando y ayudando a las personas que están en mayor peligro. María derribó las torres de comunicaciones de la isla y la recopilación de información de muchas comunidades ha sido casi imposible, especialmente en el centro rural de la isla donde los vientos eran feroces y se han producido deslizamientos”, agregó.

La comisionada, como el Ejecutivo federal, mantuvo que por ser una Isla, el envío de suministros y ayuda se complica.

“Miles de viviendas, edificios y negocios han sido destruidos. El agua y los alimentos son escasos. La gente está esperando en fila por hasta 6 horas para comprar $ 20 de gasolina. Los vuelos comerciales hacia y desde la isla son casi inexistentes, con miles de personas en las listas de espera de las líneas aéreas para salir. La mayoría de los bancos no pueden operar y la gente no tiene acceso fácil a dinero en efectivo, que necesitan desesperadamente porque la tarjeta de crédito no se está aceptando en ninguna parte. María arrasó el 80% de la agricultura de la isla y la industria turística de Puerto Rico ha sido aplastada. Para la mayoría de los residentes de la isla, el huracán puede describirse mejor como "apocalíptico"”, dijo.

En ese sentido, reiteró que el Congreso debe aprobar “un programa de ayuda que sea proporcional al nivel de devastación.

“Necesitamos un alivio tangible que responda a las necesidades inmediatas de la isla. Sin ayuda, habrá un éxodo masivo hacia el continente estadounidense y la actual crisis humanitaria sólo empeorará. 

Los residentes de Puerto Rico son ciudadanos estadounidenses. No son diferentes de todas las personas que se encuentran en esta Cámara. Pero, a diferencia de todos aquí, el Congreso tiene el 100% de control sobre la tierra donde viven. Es tarea del gobierno federal, particularmente del Congreso, autorizar y asignar el dinero necesario para reconstruir Puerto Rico”, agregó González.