Washington. En sus acciones y palabras más enérgicas hasta la fecha en la pandemia, el presidente Joe Biden anunció el jueves nuevos requerimientos federales de vacunación contra el COVID-19 que afectan a cerca de 100 millones de estadounidenses, con el propósito de incrementar las inoculaciones y frenar la propagación de la variante delta.

En declaraciones desde la Casa Blanca, Biden criticó duramente a los cerca de 80 millones de estadounidenses que aún no se han vacunado, pese a los meses de disponibilidad de vacunas y de incentivos.

“Hemos sido pacientes. Pero nuestra paciencia se está agotando, y su negativa (a vacunarse) nos ha costado a todos”, aseveró. La minoría que aún no está vacunada “puede causar mucho daño, y lo está causando”.

Las reglas obligan a todos los empleadores con más de 100 trabajadores a exigirles que se vacunen o se sometan a pruebas diagnósticas semanalmente, una medida que afecta a unos 80 millones de estadounidenses. Y los cerca de 17 millones de trabajadores en instalaciones sanitarias que reciben servicios federales de los planes de salud Medicare y Medicaid también tendrán que estar completamente vacunados.

Además, Biden se apresta a firmar un decreto para obligar a que se vacunen todos los empleados del poder ejecutivo y de los contratistas que hacen negocios con el gobierno federal, sin posibilidad de optar por la realización de pruebas. Eso abarca a varios millones de trabajadores más.

El presidente anunció los nuevos requerimientos en un mensaje emitido por la tarde desde la Casa Blanca, parte de un nuevo “plan de acción” para hacer frente al rebrote más reciente de contagios de coronavirus y al ritmo ralentizado de la vacunación contra el COVID-19, lo cual ha generado dudas entre la población respecto a su manejo de la pandemia.

Hace apenas dos meses, Biden declaró prematuramente la “independencia” de la nación frente al virus. Ahora, pese a que más de 208 millones de estadounidenses han recibido al menos una dosis de la vacuna, Estados Unidos registra un aumento de aproximadamente 300% en contagios nuevos de COVID-19 al día, alrededor de 2.5 veces más hospitalizaciones y cerca del doble de decesos en comparación con las misma época del año pasado.

“Estamos en una etapa difícil y podría durar un tiempo”, comentó Biden sobre el estado actual de la pandemia.

Después de meses de valerse de promociones para incrementar las tasas de vacunación, Biden está adoptando una medida mucho más firme, y sus asistentes culpan a la población que no ha recibido las inyecciones de un alza marcada de casos que está generando la muerte de más de 1,000 personas al día y hace peligrar la frágil recuperación económica.

Además de los requisitos de vacunación, Biden duplicará las multas federales para los pasajeros que se nieguen a usar mascarillas durante los vuelos o a mantener su rostro cubierto en instalaciones federales de conformidad con las normas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Biden anunció que el gobierno federal trabajará para aumentar el suministro de pruebas de coronavirus, y que la Casa Blanca ha conseguido concesiones de minoristas como Walmart, Amazon y Kroger para vender kits de pruebas caseras a precio de costo a partir de esta semana.

El gobierno también estaba enviando más ayuda federal para que las escuelas sigan operando de manera segura, incluidos más fondos para realizar pruebas. Y Biden solicitará a los inmuebles de ocio y entretenimiento de gran tamaño y arenas que requieran que la gente esté vacunada para poder ingresar, o de lo contrario muestre una prueba negativa del virus.