Washington. Por tercer día consecutivo, los republicanos dejaron vacía la silla del presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, ya que el líder del partido, Kevin McCarthy, fracasó una y otra vez en una agotadora serie de votaciones en obtener suficientes votos del Partido Republicano para conseguir la presidencia de la cámara.

La presión sigue en aumento a medida que McCarthy perdía la séptima, octava, novena, décima y undécima rondas de votación, superando la cifra que se necesitó la última vez que esto ocurrió, hace 100 años.

Las votaciones continuarán mañana viernes al mediodía.

Pero con sus partidarios y enemigos en un punto muerto, los sentimientos de aburrimiento y desesperación parecían cada vez más evidentes y sin un final a la vista. Un crítico de McCarthy, el representante Matt Gaetz, de Florida, incluso votó por Donald Trump, una señal simbólica pero evidente de las divisiones sobre el futuro del Partido Republicano.

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“No va a ocurrir”, dijo la representante Lauren Boebert, por Colorado, quien propuso una nueva alternativa, Kevin Hern, representante por Oklahoma, y exhortó a sus colegas a plantearse un futuro sin McCarthy: “Necesitamos un líder que no sea del sistema roto”.

Se pudo ver a McCarthy sosteniendo conversaciones animadas y susurradas en la Cámara de Representantes. Sus emisarios se acercaron a los republicanos que se resistían, y las agotadoras negociaciones continuaron en el despacho del líder de la bancada republicana. McCarthy seguía decidido a persuadir a los republicanos para que pusieran fin al paralizante debate que ha asolado su nueva mayoría en la cámara baja del Congreso.

El equipo de McCarthy había presentado a un grupo de republicanos un acuerdo sobre papel a cambio de su apoyo, dijo uno de los opositores, el republicano conservador Ralph Norman, al salir de una reunión a última hora del día. Pero los detalles eran escasos.

“Estamos teniendo buenas conversaciones y creo que todos quieren encontrar una solución”, dijo McCarthy a los periodistas antes de que la cámara iniciara su tercera sesión.

La Cámara de Representantes, que es la mitad del Congreso, está prácticamente paralizada, incapaz de iniciar el nuevo periodo de sesiones, tomar juramento a los miembros electos y llevar a cabo los asuntos oficiales.

A pesar de las interminables conversaciones, los indicios de concesiones y un espectáculo público sin precedentes en la memoria política reciente, el camino a seguir continúa siendo muy incierto.

Lo que comenzó como una novedad política —la primera vez desde 1923 que un candidato no obtiene el cargo en la primera votación— se ha vuelto una amarga disputa y una potencial crisis interna del Partido Republicano.

El demócrata Hakeem Jeffries, por Nueva York, volvió a ser nominado por los demócratas. Ha sido el más votado en cada ronda, pero sin alcanzar la mayoría, que consiste en 218 votos.