Cayey. Lisha Ramón Mejías aseguró desconocer por qué el Departamento de la Familia irrumpió anoche en su hogar ubicado en las parcelas El Polvorín en Cayey, y le removió a su pequeña hija, Nazareth, de dos años, quien dormía plácidamente antes del sorpresivo incidente.

La mujer de 21 años, lactante a tiempo completo, denunció a través de las redes sociales lo que considera una injusticia, pues, alega que no es objeto de ninguna investigación por maltrato contra la menor, que se ha convertido en un rostro conocido en su pueblo, ya que Lisha vende jugos naturales cercano al puente de la PR-1 en compañía de la niña.

“Estoy mal, me siento mal. Son las 11:30 (de la mañana) y yo todavía no sé más de Nazareth. Yo todavía no sé qué hace, qué está comiendo, quién la está bañando, quién la está cuidando”, expresó ahogada en llanto en su página Organic en Facebook, donde cuenta con más de 110 mil seguidores.

Relató que, al momento de la intervención, funcionarias de la agencia le dijeron que se llevarían a la niña para una evaluación médica.

“Me mintieron, me mintieron y se la llevaron. Todavía no sé nada de Nazareth y, me da tanto coraje porque mi hija no está siendo maltratada, no hay evidencia de abuso, nunca hemos estado en una situación así. Yo nunca he estado en el Departamento. Nunca he estado en un tipo de situación así”, insistió

Igualmente, mencionó que la menor tampoco estaba bajo la custodia de su padre, Miguel Torres, con quien tuvo una situación de violencia intrafamiliar.

El Departamento de la Familia aseguró, en declaraciones escritas, que “un juez determinó el 19 de diciembre suspender las relaciones materno filiales y concedió la custodia de la menor al papá quien, a su vez, solicitó una orden de protección que fue aprobada hasta el 23 de enero”.

Además, dicha agencia sostuvo que “recibió ayer (miércoles) un referido que establecía el incumplimiento de la orden de protección por ambas partes (papá y mamá)”, por consiguiente, “para garantizar la protección, seguridad y bienestar de la menor, el DF asumió la custodia de emergencia”.

Sin embargo, Ramón Mejías resaltó que las supuestas imputaciones en su contra provienen de dos llamadas anónimas a la línea de emergencia de la agencia estatal.

La situación ocasionó la indignación de varios ciudadanos, los cuales se autoconvocaron al área donde Lisha solía vender sus productos, para exigir justicia.

En el lugar, un grupo de aproximadamente 50 personas se manifiestan en apoyo a la joven Lisha A. Ramón Mejías.

Allí llegaron personas de distintas edades, incluyendo madres con sus respectivos hijos, en señal de solidaridad.

Edwin Vázquez, de 72 años, dijo que “estoy apoyando aquí porque lo que hicieron con ella está mal”.

La conozco de vista, le he comprado jugos. Se pasa en esta acera con su niña en brazos. Hay que buscarle ayuda porque es una mujer sola”, recalcó.

Mientras que Roxana Méndez, vecina de Cayey, expresó que “siento indignación, porque yo soy madre soltera, tengo dos hijas y si me tocara venir aquí a buscar el sustento de mi casa, yo lo hago”.

“Ella no está haciendo nada malo. Ella está luchando por el bienestar de su niña. Es injusto que hagan una cosa así. Queremos que Nazareth duerma hoy con su madre, en su cada”, sostuvo.

Al lugar llegó Angélica Rivera con sus hijos y sobrinos, que a son de plena, manifestaron su apoyo a la cayeyana, que aparentemente no cuenta con familiares en la Isla.

“Pienso que es madre cien por ciento. En todos los hogares hay problemas, pero aquí hay mucha injusticia. Que se vayan a chequear los referidos en otros hogares donde sí hay maltrato”, acotó.

De otra parte, Margarita Rolón, vecina de Lisha, confesó que estuvo presente cuando funcionarios de Familia se llevaron a Nazareth.

“Yo estaba allí. Las trabajadoras sociales le dijeron que no iban a remover la niña, sino que le iban a hacer una evaluación médica. Lisha está destruida. No sabe nada de su bebé”, reveló.

La fémina, quien perdió un seno a causa del cáncer de mama, llevó su protesta pacífica representando a una madre lactante, con una muñeca pegada a su único seno.

“Lisha es tremenda madre; 24/7 con su bebé. Ella para todos los sitios anda con su bebé, nunca la deja sola. ¿Que enseña la teta? Eso es algo natural; eso no es pecado”, afirmó al señalar que, como Lisha amamantaba la niña en plena calle, “hubo personas que se quejaban de eso”.

“También se quejaban de que traía a la nena a vender jugos. Pero eso no es malo porque ella protege a su bebé, siempre está con ella. Es tremenda mamá. Servicios Sociales (Departamento de la Familia) mintió porque ella no es usuaria de drogas, no roba, no le hace daño a nadie y solo quiere echar su hija adelante”, argumentó.