Unos que no y otros... más o menos.

Sectores del Partido Popular Democrático (PPD), así como del independentismo no le ven validez al plebiscito del 11 de junio, mientras partidiarios de la estadidad creen que la consulta es viable, pero la Palma tiene que  movilizar  una gran cantidad de electores a las urnas.

El abogado independentista Carlos Gallisá opinó que haya o no plebiscito, el Partido Nuevo Progresista (PNP) está en un callejón sin salida.

“El PNP queda muy mal, se celebre o no el plebiscito. Si se celebra, van a ir ellos solos y cualquier resultado que haya en ese plebiscito solo, no tiene ninguna credibilidad ni importancia en Estados Unidos. Si no se celebra, también queda marcado como un intento de engañar al país y de engañar a Estados Unidos con unas mayorías artificiales, y no tiene credibilidad ninguna”, puntualizó el analista político.

El abogado argumentó también  que bajo “la colonia” es mucho más fácil cobrar la deuda de Puerto Rico que bajo la estadidad o la independencia. “Por lo tanto, ese interés que tienen los bonistas es el que van a respaldar los círculos de poder en Estados Unidos”, expresó  Gallisá.

Auguró que el gobierno estadounidense “va a utilizar” el boicot de todas las fuerzas antiestadistas de Puerto Rico para decirle al gobierno de Ricardo Rosselló que no hay condiciones en Puerto Rico para celebrar un plebiscito, que se suspenda y se  busque un consenso en el futuro.

“Ellos (el gobierno federal) quieren un plebiscito donde no haya controversia en las opciones y por ahí se van  para rechazar el desembolso de $2.5 millones”, analizó Gallisá.

Para el exsenador PNP, Orlando Parga, los boicots y la abstención “nunca han sido recursos efectivos” en la historia política puertorriqueña.

“Esto se me está pareciendo al escenario de 1967, cuando el Partido Estadista y el Partido Independentista decidieron abstenerse de ese proceso y surgieron, entonces,  grupos disidentes que decidieron representar sus fórmulas de preferencia como ‘Estadistas Unidos’ y otros grupos que representaron la independencia”, esbozó Parga.

El exsenador sostuvo, además, que el PNP tiene la voluntad de celebrar la consulta porque es parte de una estrategia que va de la mano del Plan Tenesí  y de llevar el reclamo de estadidad a todos los sectores que forjan la opinión pública en Estados Unidos.

“Hay una voluntad para descolonizar a Puerto Rico en este cuatrienio y el PNP recibió el mandato para hacerlo”, dijo.

Sin embargo, Parga opinó que  el peso que puedan tener los resultados del plebiscito en EE.UU. dependerá del total de  votos que obtenga el  PNP.

“Ahí está el gran reto del PNP,  en motivar a su gente y llevarlos a votar, porque no es una elección general”, dijo.

Para el exgobernador Rafael Hernández Colón, quien dijo que cabildeó en contra del plebiscito en Washington, D.C.,  el Departamento de Justicia federal se negó a validar  la papeleta por la exclusión del Estado Libre Asociado (ELA).

“El plebiscito excluyente lo derrotó el ELA excluido”, sostuvo Hernández Colón y añadió que  “ese plebiscito ya no vale nada”.

 Dijo que “un plebiscito partidista del PNP no puede representar la voluntad del pueblo de Puerto Rico”.

Si se celebra “no le van a hacer ningún caso, es académico y no tiene importancia”. Fue más lejos y dijo que “el PPD ni tiene que preocuparse de un vaciado de listas”.

“Algo así por su propia naturaleza no tiene la respetabilidad necesaria, sobre todo, para pedir un cambio de status de Puerto Rico en favor de una estadidad”, indicó Hernández Colón y añadió   que Estados Unidos “no valida la noción de colonialismo, pero no se da cuenta que hay elementos que corregir en  nuestra relación”.

Dijo que no asistirá a la asamblea general del PPD de este domingo, pero indicó que de allí debe surgir una expresión de que la colectividad no va al plebiscito porque “el ELA no está en la papeleta”.

La alcaldesa de San Juan y vicepresidenta del PPD, Carmen Yulín Cruz Soto, consideró  que no es un plebiscito sino “una artimaña del PNP para quitarle al país el foco de las cosas que están pasando”.

Subrayó que no es un plebiscito vinculante, por lo que Estados Unidos no viene obligado a acatar los resultados.

“En mi barrio decían que el hizo la ley, hizo la trampa y aquí es el que hizo el plebiscito, hizo la trampa. Una de las cosas que se dice en esa ley es que no se van a cuadrar las actas de los colegios”, dijo Cruz.

“Eso quiere decir que si yo tengo 50 papeletas y 25 firmas, voy a contar las 50 papeletas. Eso es legalizar el fraude y el vaciado de listas; y lo otro es, que no se puede cuestionar la condición de encamados y en la última elección, precisamente  tuvimos un fraude con los encamados", sostuvo.