La Iglesia históricamente ha sido una institución conservadora frente a muchos temas, uno de ellos la homosexualidad. Sin embargo, con los nuevos tiempos, entre sus miembros han surgido aquellos que quieren plantear una revolución.

Ese es el objetivo de Bingo Allison, quien fue ordenado como el primer sacerdote abiertamente no binarie por la Iglesia de Inglaterra, una Iglesia anglicana distinta a la católica. Desde pequeño creyó que el camino de Dios le permitiría expresarse sin temor a ser discriminado. Ahora, con 36 años, asegura que la guía religiosa ha sido vital.

Un término que le transformó

Su infancia estuvo marcada por una familia muy conservadora. Debido a ese ambiente, escuchaba con frecuencia que las personas homosexuales “eran cosa pecaminosa”, según le dijo al diario local “Liverpool Echo”.

“Mis puntos de vista solían ser muy tradicionales y ciertamente muy conservadores. Algunos podrían llamarlos intolerantes y había mucha ignorancia y mucha ‘otredad’. No me tomé el tiempo para aprender de las experiencias de otras personas. Definitivamente estaba en mucha negación y parte de esa negación se manifestó en la negación de las identidades de otros”, aseguró.

A partir de retiros espirituales, su percepción se transformó. Recuerda cómo en un viaje de autodescubrimiento religioso, una persona se refirió al matrimonio homosexual no como un problema. Esa “forma diferente de pensar” fue creciendo dentro de su ser.

Mientras se formaba como vicario -auxiliar del obispo-, conoció el término “queer”, el cual se puede emplear para “expresar que la sexualidad y el género pueden ser complicadas, cambiar con el tiempo y no encajar del todo en una identidad u otra”, como explicó Planned Parenthood, una organización sin ánimo de lucro.

La palabra provocó más tiempos de reflexión; pensó en retirarse de la formación como vicario, pese a que estaba en la mitad del periodo de siete años.

“Fue mucho más difícil de lo que pensé haber salido del closet para luego permanecer en el closet. Definitivamente hubo muchas veces antes en las que cuestioné mi identidad, pero crecer en una forma más conservadora de cristianismo significaba que estaba mucho más allá de mi imaginación”, comentó.

Una epifanía

La guía definitiva llegó cuando redactaba un ensayo sobre cómo Dios creó la Tierra. De acuerdo con el relato que le brindó al medio citado, uno de los pasajes de Génesis en la Biblia llamó su atención.

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”, leyó en Génesis 1:27. Su interpretación fue que hablaba “de la masculinidad a la feminidad” y no de hombres y mujeres. Esa reflexión la calificó como una epifanía.

“Estaba sentado allí en medio de la noche cuando me di cuenta de que podría necesitar cambiar mi vida. Fue una experiencia espiritual más profunda, sentí correctamente que Dios me estaba guiando hacia esta nueva verdad sobre mí mismo. Una de las cosas que se ha mantenido en mi ministerio desde entonces es que la transición y la salida del closet pueden y deben ser una experiencia espiritual, así como emocional, social y, a veces, física”, sentenció.

Gracias a esa demostración, ahora se define como “genderqueer”, persona no binaria, es decir, aquella que no se identifica como hombre o mujer. En esa salida, ha tenido que enfrentar a su propia familia: es padre de tres niños.

“Ellos son jóvenes. Hablamos de las personas trans y “queer” antes de que yo cambiará. No soy un extraterrestre para ellos. Fue difícil hablar de ello en mi vida. Cuando se está casado, creen que eres gay, pero las cosas son más complejas”, expresó para un podcast de la cadena británica “BBC”.

Aunque a ciertas personas en la Iglesia de Inglaterra les pareció escandalosa su transición, avalaron la decisión y, una vez completó los estudios, fue ordenado como sacerdote.

Desde entonces, lucha por la inclusión de personas de la comunidad LGTBI y sujetos neurodiversos. Desarrolla asambleas y trabaja en las escuelas con niños para que los temas de género no sean ajenos para ellos.

“La historia de la interpretación bíblica está plagada de opiniones de hombres ricos, blancos, heterosexuales, cisgénero, sin discapacidades, neurotípicos, asumiendo que todos los que los leían pensaban como ellos. Los prejuicios que esto crea excluyen a cualquiera que no encaje de comprometerse plenamente con la Biblia”, concluyó.