Ginebra. Francia se sumó hoy a Estados Unidos en apoyar la idea de reducir las protecciones de patente y de otro tipo para las vacunas contra el COVID-19, a fin de ayudar a los países más pobres a obtener más dosis y acelerar el fin de la pandemia. Pese a la importancia del respaldo de dos países con grandes fabricantes de medicamentos, subsisten muchos obstáculos.

El avance hacia la relajación en la protección a los derechos de propiedad intelectual bajo las normas de la Organización Mundial de Comercio, algo que significa un cambio enorme para Estados Unidos, provocó elogios de muchos activistas, quejas de las grandes farmacéuticas y muchas preguntas acerca de los próximos pasos. Hasta ahora, Washington y los países desarrollados en general se habían opuesto a la idea, formulada por India y Sudáfrica en octubre.

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La atención se vuelve ahora a los países más ricos, sobre todo los de la Unión Europea, y Francia fue la primera en expresar su apoyo.

“Estoy totalmente a favor de esta apertura de la propiedad intelectual”, dijo hoy el presidente francés Emmanuel Macron durante una visita a un centro de vacunación.

Sin embargo, Macron también expresó dudas —las mismas de las empresas farmacéuticas— de que la medida sea la panacea que algunos esperan. Aunque se eximan las protecciones a las patentes, dijo, las fábricas de medicamentos en África y otras regiones no están equipadas para fabricar vacunas contra el COVID-19. Por eso conviene dar prioridad a las donaciones de vacunas.

Resta otro obstáculo crucial: cualquier país puede bloquear una decisión en la Organización Mundial de Comercio, el organismo de 164 países con sede en Ginebra, de aprobar la exención.

La presidenta de la Comisión de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que el bloque de 27 naciones estaba dispuesto a conversar sobre la propuesta estadounidense, pero se mostró evasiva en cuanto a su posición.

“Estamos dispuestos a discutir cómo la propuesta de Estados Unidos de una exención de las protecciones de propiedad intelectual ayudaría” a poner fin a la crisis, dijo en un discurso por video. “Sin embargo, en lo inmediato, exhortamos a todos los países productores de vacunas a permitir las exportaciones y evitar medidas que trastornan las cadenas de suministro”.

Con esto se hizo eco de la industria farmacéutica global, según la cual una solución más rápida sería que los países ricos con grandes reservas de vacunas empiecen a compartirlas con los más pobres.

El sector sostiene que la producción de vacunas contra el coronavirus es compleja y que no se puede acelerar con exenciones a la protección sobre la propiedad intelectual. Por el momento, dice, es más apremiante reducir los cuellos de botella en las cadenas de suministro y atender a la escasez de los ingredientes que componen las vacunas.

“Una exención es la respuesta sencilla pero equivocada a un problema complejo”, dijo la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas. “Eximir las patentes de vacunas contra el COVID-19 no aumentará la producción ni dará las soluciones prácticas necesarias para combatir esta crisis de salud global”.