Un ataque de misiles contra un almacén de correo en la ciudad oriental ucraniana de Járkiv mató a seis personas, según dijeron el domingo las autoridades ucranianas.

Otra 16 personas resultaron heridas en la explosión del sábado por la noche, que se atribuyó a un cohete ruso S-300, indicó en redes sociales el gobernador de Járkiv, Oleh Syniehubov.

Todas las víctimas eran empleados de la compañía ucraniana privada de mensajería Nova Poshta.

En un comunicado, la firma dijo que la sirena antiaérea había sonado apenas un momento antes del ataque y las personas en el almacén no habían tenido tiempo de ponerse a cubierto. Indicó que la empresa guardaría luto el domingo.

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El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, describió el ataque como un golpe a un “objetivo civil corriente”.

“Debemos responder al terror ruso cada día con resultados en el frente. E incluso más aún, debemos reforzar la unidad global para luchar contra este terror”, escribió en redes sociales. “Rusia no podrá lograr nada por medio del terror y el asesinato. El resultado final para todos los terroristas es el mismo: la necesidad de enfrentar responsabilidad por lo que han hecho”.

En otros puntos de la región de Járkiv, tres personas resultaron heridas por proyectiles rusos lanzados sobre la ciudad de Kupiansk, dijo Syniehubov.

La ciudad ucraniana está en el frente y en el corazón de los combates, mientras Moscú y Kiev tratan de conseguir avances en el campo de batalla antes de que las condiciones invernales compliquen las operaciones.

Las autoridades en el sur de Ucrania dijeron el domingo que el ejército ruso había utilizado una cifra récord de bombas aéreas sobre la región de Jersón en las 24 horas previas.

En la zona se registraron 36 misiles y algunos poblados registraron varios impactos, indicó Natalia Humeniuk, vocera del Comando Operativo Sur del ejército ucraniano.

En un reporte publicado el sábado, el Instituto para el Estudio de la Guerra dijo que las fuerzas rusas podrían estar diversificando la combinación de misiles, bombas guiadas y drones utilizadas en ataques en Ucrania. El centro de estudios con sede en Washington especuló que el cambio podría deberse en parte a un intento de encontrar huecos en las defensas antiaéreas ucranianas de cara a nuevos ataques en invierno.