Peñuelas. Les tumbaron la carpa, les quemaron el baño portátil y también amenazaron de muerte a algunos integrantes del Campamento contra las cenizas de carbón.

Todo esto ha ocurrido en el transcurso de poco más de una semana y ha generado preocupación en la comunidad de Tallaboa, que se mantiene en resistencia ante el depósito de cenizas de carbón de la empresa Applied Energy Systems (AES) en el vertedero Peñuelas Valley Landfill (PVL).

Yanina Moreno, portavoz del campamento, indicó ayer a Primera Hora que se han recibido mensajes amenazantes a través de la aplicación móvil Messenger, de parte de un perfil aparentemente falso. 

Una querella al respecto, presentada la semana pasada en el cuartel de Peñuelas, no ha tomado curso aun.

“Ha habido varias amenazas de muerte a compañeros del campamento en Peñuelas y eso, unido a que en la madrugada del sábado quemaron el campamento y que la semana pasada lo vandalizaron, levanta preocupación por la forma en que se está tornando este atropello contra la comunidad de Peñuelas”, expresó Moreno.

Uno de los mensajes, que tiene múltiples errores ortográficos, indica “cuantos cristales as roto. Te as curado rompiendo cristales. Sabes que donde te pillen te van a borrar la cara por cab… y puerco. Están bien serquita de ti (sic)”.

En ese envío, se amenaza directamente a dos integrantes del campamento. “Lo tuyo viene ____. ___ y tu ya están pago”, se indica.

En un segundo mensaje, el remitente señala “mire tipo donde te cojamos eres de nosotros… Tienen que pagarlo con vida. Estan identificados tu y los otros puercos que están rompiendo los camiones. No vas a llegar muy lejos. Ni el campamento te va a salvar so lechon (sic)”.

AES reinició el depósito de cenizas de carbón en PVL la madrugada del 12 de julio, tras la aprobación de la Ley 40.

Desde entonces, la Policía ha destinado cientos de efectivos, decenas de vehículos oficiales y hasta su helicóptero en cada movilización, para darle escolta a los camiones desde la planta de AES en Guayama hasta su entrada al vertedero.

Durante los operativos, ha habido choques físicos entre manifestantes y policías, ataques con piedras y gases lacrimógenos, e incidentes con camioneros.

Algunos manifestantes enfrentan cargos graves y menos graves que se procesarán próximamente en el tribunal, mientras las querellas que estos han presentado contra policías y camioneros no se han atendido o no han prosperado.

La carpa del campamento fue vandalizada la noche del 13 de agosto, cuando los manifestantes ya se habían ido a descansar. 

El lugar, ubicado en la carretera PR-385, está a pocos metros del punto de vigilancia que montó la Policía en el camino de acceso al vertedero.  

“Ese día estaban el agente Quiñones y el agente Hernández, y ellos nos dijeron que  no habían visto nada y que si teníamos evidencia que presentáramos una querella. No tomaron nota de lo que les dijimos”, indicó Moreno. 

La portavoz agregó que “la Policía, sorpresivamente, levantó su puesto de vigilancia el viernes 18 a las 6:30 p.m. y el sábado a la 1 a.m. ocurrió el incendio al baño portátil”.

Sobre los mensajes amenazantes, solo tienen un número de querella.

“Hay una preocupación genuina porque se está amenazando la integridad y la vida de las personas directamente, pero más que eso también hay una indignación de que la Policía esté protegiendo solamente una parte y la otra no. Hay un discrimen ahí”, expuso Moreno.

Vecinos de Tallaboa han denunciado en días pasados que les han vaciado las gomas de sus autos en lugares vigilados por policías. 

En Guayama, donde las comunidades circundantes a AES se han movilizado para tratar de impedir la salida de camiones con cenizas hacia la autopista, ocurrió algo similar.

El martes pasado por la madrugada, las gomas de los carros de tres personas, incluyendo un periodista que cubría la protesta, aparecieron vaciadas en un lugar donde la Policía tenía perímetro establecido.

También aparecieron clavos en las carreteras custodiadas por agentes.