Una conductora que presuntamente guiaba usando el celular, fue arrestada luego que un agente interviniera con ella y esta se negara a entregar sus licencias, además de agredir al policía, en hechos que se reportaron a la 1:10 de la tarde de ayer en Utuado.

La oficina de prensa de la Policía de Puerto Rico informó que para el arresto se empleó un dispositivo de control eléctrico, o taser, debido a que la fémina estaba “agresiva” durante la intervención.

El informe policial relata que el agente Matos, de la División de Patrullas de Carreteras de Utuado, hacía un patrullaje preventivo por la calle Dr. Cueto y vio que la conductora de un Toyota Tercel color rojo usaba el celular mientras transitaba en el carro, en violación al artículo 10.25 de la Ley de Tránsito. Entonces, se le dieron instrucciones de pararse y estacionarse en un restaurante de comida rápida. En la intervención, esta se negó a entregar los documentos solicitados y comenzó a decirle palabras soeces al agente. Matos le indicó que no entregar los documentos es obstrucción a la justicia, pero esta se negó y al intentar arrestarla, agredió al agente.

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Tras el uso del taser, la conductora fue llevada al Hospital Metropolitano de la Montaña para recibir asistencia médica. El agente resultó con laceraciones en su cara. Ambos estaban en buen estado de salud.

Mediante declaraciones escritas, la oficina de prensa de Policía emitió la siguiente reacción sobre este incidente:

La Policía de Puerto Rico tiene el objetivo de hacer cumplir las leyes sin distinción de personas. Un policía no puede tener la prerrogativa de elegir sobre a quién le obliga a cumplir la ley y a quién no. Cuando una persona es intervenida y obstruye la labor del policía, negándose a entregar los documentos, que por ley debe poseer para poder conducir un vehículo, está violando múltiples leyes.

La dama del incidente fue intervenida por hablar por celular mientras conducía y poseer tintes fuera del margen de la ley. En la intervención se negó a proveer sus licencias y salió corriendo para internarse en un restaurante, evadiendo las advertencias del policía. Cuando se le intentó arrestar, aun advirtiéndole del posible uso del taser, respondió agrediendo al policía y huyendo fuera del local. Es entonces, luego de decenas de advertencias, intentos de detenerla por la vía regular y a sabiendas de que continuaba violando las leyes, que el policía se ve obligado a aplicar el taser para lograr su arresto.

Como parte del protocolo, tanto al policía agredido como a la detenida, se les lleva al hospital para un examen médico. Ambos fueron certificados en buen estado.

La aplicación del taser representa uno de los niveles utilizados cónsono con el nivel de resistencia ofrecido por la persona intervenida, provistos por disposición de la Reforma federal. Se emplea precisamente, para detener una persona que se resiste al arresto, evitándole daño corporal y protegiendo al policía.

En todos los casos de uso de un taser, un organismo independiente, realiza una investigación del incidente para corroborar que se siguieron los procesos que dicta la Reforma.

La fiscal Carmen Santiago quedó a cargo del caso.