A horas de cumplirse un año del fatídico día en que Rosimar Rodríguez Gómez fuera secuestrada, y posteriormente asesinada, comenzó en el tribunal de Bayamón el desfile de testigos del juicio contra Jay O’Neill González Mercado, presunto autor del crimen de la joven de 20 años.

Luego de que los miembros del jurado fueran acomodados en una sala observando los protocolos de prevención del COVID-19, la jueza Carmen I. Otero Ferreiras le impartió instrucciones sobre el proceso al jurado, y dio paso a la presentación inicial del ministerio público, en la que la fiscal Gretchen Pérez Catinchi explicó que a González Mercado se le imputan cinco cargos criminales, incluyendo el delito de secuestro, por haber metido a Rosimar a la fuerza dentro de un vehículo y llevarla en contra de su voluntad de Toa Baja a un paraje en Dorado, y el de asesinato en primer grado por haber luego asesinado a la joven, haciéndole múltiples disparos, de manera premeditada.

La fiscal explicó que además se le acusa de violar la Ley de Armas, pues no tenía permiso ni para portar ni para utilizar esa arma con la que se presume asesinó a Rosimar. Asimismo, explicó, se le imputa haber ofrecido información falsa a las autoridades con relación al crimen.

La fiscal Pérez indicó que presentarían testigos y evidencia que no dejarían dudas de que González Mercado es culpable de los cargos que se le imputan. Le dijo al jurado que escucharían a Adriana, prima de Rosimar, narrar cómo estaban celebrando el 17 de septiembre de 2020 en familia, hasta que en horas de la noche su prima comenzó a recibir unas llamadas de su expareja que la pusieron bien nerviosa y pidiendo llegar rápido a su casa.

Anticipó que también escucharían el testimonio de otra prima de Rosimar que describiría cómo vio desde el segundo piso de la casa en Sabana Seca, Toa Baja, como de un vehículo Suzuki SX4 blanco de cuatro puertas se bajaba una persona y, haciendo uso de “intimidación y fuerza” metían a Rosimar dentro del vehículo, evento que desató que hicieran llamadas a la familia y al 9-1-1 para hacer una querella en la que alertó que “secuestraron a mi prima”.

Prosiguió diciendo que también iban a poder ver toda la extensa investigación que llevó a cabo la Policía, con búsquedas, triangulaciones de celulares, la descripción del vehículo.

También desfilarían intercambios de mensajes con Jolenis Soto Adorno, expareja de Rosimar y con quien González Mercado parecía estar obsesionado. Igualmente mostrarían los intercambios de mensajes de González Mercado con su abogado Manuel Morales Schmidt para entregarse a la Policía, a cuyos agentes revelaría luego dónde estaba el cadáver de Rosimar, en un “un lugar desolado” en el sector El Caracol.

También podrían escuchar el testimonio de Xadiel Cabranes Mojica, a quien González Mercado habría tratado de señalar como responsable del asesinato de Rosimar, y quien fue arrestado e investigado, pero colaboró con la investigación y los detalles que ofreció fueron corroborados, “hasta con videos, y sabemos que Xadiel no estaba con ellos, estaba en otro sitio”.

“Todo eso lo van a escuchar ustedes aquí. Van a poder corroborar esas versiones que los testigos van a dar”, aseguró la fiscal. “Luego que escuchen a todos esos testigos, no le va a quedar ninguna duda razonable que el señor Jay O’Neill González Mercado secuestró y mató a Rosimar Rodríguez Gómez, y van a encontrar un veredicto de culpabilidad por todos y cada uno de los delitos por los que se le está acusando”.

Posteriormente se presentó la primera testigo, Adriana Díaz, una prima de Rosimar que compartió con ella el día de los hechos, y narró que la llevó junto a otro primo desde Cayey, donde celebraron en familia el cumpleaños 74 de su abuelo, hasta la casa en Sabana Seca donde Rosimar vivía con otra prima, Zaida.

Explicó que en el viaje, pararon a comer en un restaurante de comida rápida, y Rosimar comenzó a recibir unas llamadas que le causaron mucha preocupación, al punto que ni comió, y solo quería llegar a su casa para enviarle un pin a Jolenis para dejarle saber dónde estaba.

“Estaba preocupada, ansiosa todo el tiempo, alterada, decía que le pasaba algo a Jolenis, que quería verla, por eso insistía que fuéramos rápido a casa de Zaida”, explicó.

Agregó que luego de dejar a Rosimar en casa de Zaida, se despidieron de ella y regresaron a Cayey. Al rato, recibieron una llamada de Zaida, narrando que habían secuestrado a Rosimar.

En el contrainterrogatorio, el abogado Morales Schmidt llevó a la testigo a admitir que de esas llamadas que decía alteraron a Rosimar nunca hubo mención sobre González Mercado.

Asimismo, auxiliando de un registro de llamadas, trató de demostrar discrepancias entre el testimonio de la testigo y las llamadas que aparecían en el registro, en cuanto a las horas en que sucedieron y en cuanto a si eran llamadas recibidas o hechas por ella.

El juicio continúa el próximo mares 21 de septiembre en horas de la tarde.

“Es algo bien difícil el momento que estamos enfrentando en este proceso. Pero se va a hacer justicia, tenemos mucha fe en Papito Dios que se va a hacer justicia”, dijo Rosa, mamá de Rosimar, fuera de sala, recordando entre sollozos que al día siguiente se cumplía un año de “que es increíble que no la tengamos con nosotros”.

Rosa, su hermana Marangelí, así como el papá de Rosimar, expresaron su descontento con el hecho que no pudieron estar en sala, sino que tuvieron que ver el proceso en otra sala, a través de un sistema de video, y con un sonido que por momento no se entendía.

“Esperábamos estar adentro en sala, como en la vista preliminar, pero pues, aquí en el tribunal las órdenes no las damos nosotros. La jueza dio lunas órdenes y estamos en una sala que es un poco díficil, no se escucha bien, es incómodo”, dijo Marangelí. “Pero nada, aquí estamos presentes. Queremos justicia, y así vamos a seguir haciéndolo”.

Los familiares se mostraron esperanzados que al menos se le permitiera acceso a la sala a la mamá y el papá de Rosimar en un acto de “justicia para la familia” y para que el jurado “no vaya a tener una impresión de que no hay nadie del lado de ella (Rosimar)”.

Por su parte, la fiscal Pérez reiteró que, tal como había dicho en su informe al jurado, “estamos convencidos de que sí, de que tenemos la prueba para demostrar el caso, eso es así”.

Agregó que, a pesar de los contratiempos y demoras que tuvo el caso por el asunto de la pandemia y cómo cumplir con las exigencias de seguridad, finalmente “Gracias a Dios, ya estamos. Y seguimos martes, miércoles, jueves y por ahí. El martes se sienta la segunda testigo”. Comentó que el juicio tomaría varios días porque “son bastantes testigos”.

El abogado Morales Schmidt, mientras, comentó que “esto es un juicio que le falta muchos días” y se dijo complacido con lo ocurrido con la primera testigo.

“Era un testigo para tratar de establecer algo. Obviamente nosotros entendemos que establecimos algo distinto, que no se está viendo ahora, se va a ver más adelante con otros testimonios que van a entrar, y tiene mucho que ver con esos horarios. Esa fue la intención de establecer esos horarios de las llamadas. Y pues, falta mucho, falta mucho”, comentó el abogado. “No nos sentimos incómodos con lo que pasó en el día de hoy. Entendemos que se logró la meta en el día de hoy”.

Rosimar fue secuestrada el 17 de septiembre del 2020, frente a la residencia de su prima, en el barrio Sabana Seca en Toa Baja, y su cuerpo fue hallado en avanzado estado de descomposición el 27 de septiembre, a orillas de la carretera PR-165 en Dorado.

González Mercado enfrenta cargos de asesinato en primer grado, secuestro, violación a la Ley de Armas y ofrecer información falsa a las autoridades. Pesan cargos en su contra adicionales por la muerte de Sebastián Dávila Villanueva, en hechos ocurridos el 26 de junio del 2019, en Aibonito.

Aunque fue librado luego que no se cumpliera el término para un juicio rápido, a González Mercado le impusieron como restricciones que deberá estar las 24 horas en su hogar bajo supervisión electrónica con un grillete, y se le retuvo su licencia de conducir y el pasaporte.