El juez Elmer Rodríguez determinó este viernes que existe prueba suficiente para acusar y llevar a juicio al pastor pentecostal del barrio Campanillas en Toa Baja, Harry Muñoz Colón, por agredir sexualmente a un joven de 14 años.

La determinación del juez ocurrió luego de haber escuchado al joven narrar la alegada agresión sexual que ocurrió en la madrugada del 30 de diciembre de 2022, en la casa donde vivían el entonces pastor y su esposa. El sobreviviente fue el único testigo que presentó el fiscal Mario Soto San Antonio en esta etapa de vista preliminar.

“No entendía lo que estaba pasando. Me sentía incómodo y tenía miedo”, contó el menor sobre el acercamiento sexual que ocurrió cuando ambos se quedaron solos en el cuarto de la visita mientras veían televisión.

El joven, cuyo nombre este diario se reserva para evitar la revictimización, rememoró que la invitación para visitar la casa de quien describió como “mentor” y “guía espiritual” ocurrió luego del culto de despedida de año. Él se encontraba, junto a otros, preparando bolsas de dulces, para entregar a la congregación. El acusado y su esposa le invitaron a que pernoctara en la casa, para “al otro día, ir al cine y a comer”.

Mientras, Muñoz Colón lo tocaba de forma impropia, supuestamente le preguntó “si me molestaba que él me amara tanto”, contó el testigo.

Durante el testimonio, el menor permaneció cabizbajo, hablando en tono de voz bajo y, en todo momento, estuvo acompañado por una asistente legal que se les asigna a las víctimas. En dos ocasiones, el juez ordenó un receso para que el menor pudiera tomar aire, antes de continuar con el relato.

Ficha del pastor Harry Muñoz Colón, quien admitió haber agredido sexualmente a un adolescente de 14 años en su residencia, según informó el Departamento de Justicia.
Ficha del pastor Harry Muñoz Colón, quien admitió haber agredido sexualmente a un adolescente de 14 años en su residencia, según informó el Departamento de Justicia. (Suministrada)

Añadió que, durante la presunta agresión sexual, “me quedé estático, tenía mucho miedo que me hiciera daño”.

El Código Penal cataloga como agresión sexual realizar o provocar que otro lleve a cabo, a propósito, con conocimiento o temerariamente, un acto orogenital o una penetración sexual vaginal o anal, cuando medien circunstancias específicas, entre ellas, que la víctima sea menor de 16 años.

Según el testigo, la agresión ocurrió tanto de forma orogenital como provocando que él llevara a cabo una penetración anal.

Cuando cesó la presunta agresión, el joven dijo que pidió permiso para ir al baño, recogió su tableta y le escribió a su prima: “Ayúdame”. “Le dije lo que había hecho el pastor; que me había violado... La llamé por videollamada y comencé a llorar. Le dije que no creía lo que acababa de pasar”, testificó.

El menor comentó que se mantuvo encerrado hasta que su prima le notificó que había llegado a la propiedad. La puerta de la entrada principal de la casa estaba cerrada con llave, por lo cual tuvo dificultad para salir y requirió la ayuda de la esposa del pastor, testificó.

Ese mismo día, le detalló a su prima y tía lo que había sucedido. La familia llamó a la Policía y acudió al hospital, en ambulancia, para verificar la salud del menor y realizar una serie de pruebas, entre ellas, ADN.

Durante el contrainterrogatorio, la abogada de defensa, Yaritza Torres Medina, centró su línea de preguntas en torno a la reacción del testigo antes, durante y después del suceso. Le cuestionó si lloró, si puso resistencia y si había “perdido el habla” durante el proceso, entre otras.

Abordada por este diario, la abogada indicó que su intención era mostrar que “no hubo violencia (física)”.

El acto sexual con un menor está tipificado como un “delito contra la indemnidad sexual”, bajo el capítulo IV del Código Penal. El agresor sexual se expone al término fijo de 50 años de cárcel y a pena de restitución.

La lectura de acusación contra Muñoz Colón está pautada para el 16 de febrero a las 9:30 a.m., mientras que enfrentará el juicio en su contra el 10 de marzo.

El acusado se encuentra preso mientras espera el juicio en su contra, por no haber podido prestar los $500,000 que se le requirió como fianza.

El día del arresto y presentación de la denuncia criminal contra el hombre, el obispo Hernán Rivera Rivera, de la Iglesia de Dios Pentecostal, M.I., región de Puerto Rico, indicó a la prensa, mediante declaraciones escritas, que Muñoz Colón quedó fuera del ministerio pastoral, a la vez que condenó públicamente su conducta.

Asimismo, el secretario de Justicia, Domingo Emanuelli Hernández, hizo un llamado, en ese momento, para que los padres y tutores no deleguen a nadie la responsabilidad de proteger a los menores.

Las autoridades habían revelado que el individuo supuestamente había confesado los hechos.

Este diario supo que hubo negociaciones con la defensa para que el hombre se declarara culpable, pero no llegaron a un acuerdo en cuanto a la recomendación de condena que le harían al tribunal.

La madre, abuela y tías del menor estaban presentes en el tribunal, así como la psicóloga y las técnicas de servicios a víctimas y testigos de delitos del Departamento de Justicia.