Con el testimonio de uno de los pasados empleados del ex representante novoprogresista Iván Rodríguez Traverso, arrancó este lunes el desfile de prueba en el juicio por jurado por delitos de aprovechamiento ilícito de fondos o servicio público.

La jornada, ante la jueza Gisela Alfonso Fernández, comenzó poco después de las 2:00 p.m. con la lectura de las acusaciones y la presentación al jurado, compuesto por ocho hombres y cinco mujeres, de varios de los testigos que desfilarán durante el juicio.

Posteriormente, la fiscal especial independiente Zulma Fúster, quien comparte labores en este proceso con Manuel Núñez, se dirigió al jurado para ofrecer su teoría del caso.

“Esta es la oportunidad que ustedes tienen para ponerle fin a la corrupción”, dijo ante la objeción del abogado de defensa, Hilton García.

Fúster adelantó que sentará a testificar a cuatro exempleados públicos que, presuntamente instruidos por el exlegislador, limpiaron durante horas laborables el potrero Muñiz en Quebradillas, donde se celebraría una actividad política de recaudación de capital el 14 de noviembre de 2009.

Según las acusaciones, a Rodríguez Traverso se le imputa “legal, voluntaria, a sabiendas, maliciosa e intencionalmente” beneficiarse personalmente de servicios pagados con fondos de la Cámara de Representantes.

“Este delito tiene unos elementos esenciales que les vamos a probar: que este señor era funcionario público, que (sus empleados) realizaron unos trabajos y ofrecieron unos servicios y que esos servicios fueron pagados con fondos públicos”, indicó Fúster.

El primer testigo de los fiscales especiales independientes fue Radamés Cordero Cordero, quien declaró que laboró desde verano del 2009, en la oficina del exrepresentante penepé en Isabela.

Explicó que él y varios compañeros realizaron trabajos desde esa fecha para habilitar la oficina, donde previamente ubicaba una funeraria. Pero fue en enero de 2010, cuando finalmente abrió al público.

“A finales de octubre 2009, el señor representante me indica que pase a un potrero en Quebradillas porque hay que limpiarlo. Me lo dijo por teléfono y me lo dijo en persona en la oficina”, señaló el testigo a preguntas de la FEI.

Al día siguiente, según relató, fue “directo” al potrero para comenzar, junto a otros empleados de Rodríguez Traverso, los trabajos de limpieza y pintura que se extendieron durante cinco o seis días.

“A mí no me gustaba (ese trabajo). Creo que a nadie le gusta limpiar unas jaulas de caballos llenas de excreta”, declaró el testigo de cargo.

Cordero Cordero reconoció que firmó las hojas oficiales de asistencia y los informes de labores que se entregaron posteriormente en la Cámara de Representantes, por las cuales devengó su salario quincenal. En dichos informes, precisó, establecía falsamente que estuvo en reuniones en la oficina.

“Yo lo hice porque me dieron una instrucción y tenía miedo a perder mi trabajo”, sostuvo.

Durante el contrainterrogatorio, el testigo admitió que, antes de llegar al potrero, se detuvo en la Cara del Indio, donde se encontró con empleados de la oficina legislativa de San Sebastián del Pepino.

Al ser cuestionado si había revelado ese detalle en las dos declaraciones juradas que suscribió ante el Departamento de Justicia y los fiscales especiales independientes, respectivamente, Cordero Cordero dijo no recordar.

El testigo, quien reconoció que era Carlos Aldarondo, entonces director de la oficina de Rodríguez Traverso en Isabela, quien firmaba las hojas de asistencia y los informes de labores, admitió que tampoco indicó en sus declaraciones juradas que fue Rodríguez Traverzo el que –según dijo en sala- lo indujo a cobrarle a la Cámara las horas trabajadas en el potrero.

“Lo llené así (hoja de asistencia) porque me dijeron que lo llenara así”, dijo.

¿Quiénes? , le preguntó el licenciado García. 

“Carlos Aldarondo y el representante… Fue él (Rodríguez Traverso) el que me dijo que fuera y que luego llenara la nómina”, respondió.

El juicio contra Rodríguez Traverso continuará este martes, a la 1:00 p.m., con el testimonio de José Edgardo Vélez Piñero, otro de los entonces empleados del exlegislador.

Rodríguez Traverso, expulsado de la Cámara de Representantes en el 2010 en medio, de señalamientos de soborno y difamación, llegó temprano al Tribunal de San Juan y dijo a este medio estar preparado para el juicio.

“Estoy tranquilo y preparado. Aunque las palabras correctas es (que siento) ansiedad por que diera comienzo este proceso. Pero confío totalmente en el trabajo de mi abogado (Hilton García)”, expresó el acusado.