El hogar de Roberto Pacheco Gutiérrez, de 82 años de edad, y Primitiva Díaz Rodríguez (Tiva), de 79, era el centro de reunión familiar los domingos y días festivos hasta que el fuego provocado por una planta generadora de electricidad lo consumió todo.

La pareja, con 64 años de casados, ha sido la columna de sus cuatro hijos, siete nietos y cuatro biznietos y ejemplo de amor hasta el momento del siniestro cuando Pacheco Gutiérrez intentó salvarle la vida a su esposa. 

La casa, ubicada en Trujillo Alto, que fue el lugar de formación y agradables recuerdos, resultó pérdida total. 

El siniestro comenzó a las 4:30 la madrugada del jueves pasado, cuando Pacheco Gutiérrez encendió la planta que tenía en el segundo piso, porque al igual que muchos, había quedado sin el servicio de electricidad tras el huracán. 

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Presumiblemente, la pareja se disponía a hacer el café como todas las mañanas, cuando Pacheco Gutiérrez salía a trabajar como porteador de guagua pública. 

Al escuchar un ruido similar al de las chispas Pacheco Gutiérrez apagó la planta pero cuando bajó al primer nivel de la casa, se percató de que la sala estaba incendiada, según relató una de las nietas más pequeñas del matrimonio, Lesis Aponte Pacheco. 

“Abuela estaba en la cocina y el portón estaba abierto, que el acceso estaba fácil. La estructura es de muchos años pero tiene accesos por la parte de delantera y trasera. Pero abuela cuando vio el fuego -tiene muchos años- y con el desespero y susto entró a la cocina y (después) al baño y se encerró. Abuelo, al verla, salió detrás de ella a buscarla, pero ahí inmediatamente explotaron las ventanas. El fuego los atrapó”, explicó Aponte Pacheco. 

Fue en ese momento que el octogenario recibió las quemaduras en su rostro. Los vecinos salieron a socorrerlos y uno de ellos logró entrar por una de las ventanas. La perilla de la puerta se había derretido, por lo que los vecinos tuvieron que romper la puerta del baño para sacar a Tiva. 

Ambos ancianos fueron trasladados a Centro Médico donde recibieron tratamiento. Pacheco Gutiérrez se encuentra bajo los cuidados de sus familiares. 

La mujer, aunque no recibió quemaduras, inhaló humo. 

“Ellos fueron las personas que me criaron prácticamente y mi mamá venía todos los días a verlos. Son unos abuelos bien atendidos. Ellos me enseñaron muchos principios y estuvieron pendientes de sus nietos hasta los otros días y ahora nosotros tenemos que ayudarlos. Es ley de vida”, afirmó Aponte Pacheco. 

Personal de Vivienda estatal inspeccionó la estructura calcinada 

Al cierre de esta edición, Tiva permanecía en estado crítico pero estable en el área de intensivo en Centro Médico.