Utuado. Las autoridades estatales y municipales están atentas, este lunes, al riesgo de que la crecida del río Grande de Arecibo arrastre el puente en el barrio Salto Arriba y ocasione más derrumbes y daños a otros puentes principales, que representan la única salida de los utuadeños.

Así lo informaron asistentes ejecutivos del alcalde en el municipio de Utuado y los sargentos de la Guardia Nacional de Puerto Rico (GNPR), quienes estuvieron reunidos en la Oficina Municipal de Manejo de Emergencias (OMME). “Se espera caigan 10 pulgadas adicionales de lluvia en el día de hoy”, advirtió, a su vez, el alcalde Jorge Pérez Heredia desde más temprano.

“Si viene otra creciente, se puede llevar el puente y afectar a las comunidades de Cabrera, San José y los otros puentes que están más adelante”, explicaba el primer sargento de la GNPR, Alejandro Echevarría, a un contratista de la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT).

Ayer, la creciente del río arrancó el puente de metal del barrio Salto Arriba, que conecta las carreteras PR-603, PR-123 y PR-10. El puente permanece cubierto de vegetación y estacionado en forma vertical a un lado del río.

“A cada rato, uso ese puente. Por allá se llega al barrio Arenas, Puerto Blanco, La conchita. Se llega a Adjuntas por ahí. Como lo habían hecho nuevo, uno creía que era una cosa bien hecha”, contó Neftalía “Tato” Vélez, quien se encontraba en un negocio cercano, junto a otros vecinos que curioseaban en el área.

El plan elaborado por los militares, explicó Echevarría, será anclar y amarrar el puente con cadenas, para evitar que sea susceptible al posible impacto de la crecida. Usarán, para ello, equipo pesado y una brigada de soldados del Batallón de Ingeniería 130, que estaba de camino desde Vega Baja.

“La misión eventualmente es sacarlo, pero las condiciones no lo permiten ahora”, detalló.

El temor comunicado por las autoridades municipales y estatales es que el puente de metal, construido en 2018 por la GNPR, ocasione daños adicionales si es arrastrado por la creciente.

El alcalde Pérez Heredia contó que están saliendo a la calle a estimar preliminarmente los daños ocasionados por el huracán Fiona, de modo que sirva para solicitar la declaración de emergencia al presidente de Estados Unidos.

La Oficina Municipal de Manejo de Emergencia desalojó ayer, a alrededor de 50 familias en situaciones de emergencia a causa de deslizamientos de terrenos e inundaciones. En la noche, rescataron, por ejemplo, a cuatro personas del barrio Caniaco, que residen a la orilla del Lago Dos Bocas.

Pérez Heredia informó que ha habido deslizamientos en los barrios de Mameyes, Ángeles, Caguana, entre otros. “Hay casas que se han perdido. Se les volaron los techos, otros que se le han partido las columnas. Con los deslizamientos, se han ido las columnas y se han quedado las casas en el aire. Son muchas situaciones distintas y en todos los barrios”, narró el alcalde.