Todos los martes y jueves, Natanael Mojica Rosado trabaja la tierra como parte de su clase de Agricultura en la escuela superior Girasol Montessori.

Lo más reciente que esparció en el terreno fueron habichuelas, que a la larga beneficiarán a la comunidad Juan Domingo en Guaynabo.

“Estamos trabajando desde que llegamos”, afirmó el adolescente de 16 años, quien cursa el décimo grado, y quien además ayuda a su tía con un huerto que posee gracias a lo aprendido en el plantel.

Este esfuerzo también es producto del centro comunitario Andarines, donde gracias a una alianza entre organizaciones, ahora cuenta con paneles solares y un sistema de captación y filtración de agua.

El propósito es servir como punto de encuentro para las 320 familias de bajo recurso monetario que residen en el barrio, en caso de una emergencia futura.

La instalación fue posible por la financiación de la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF en inglés) y la Fundación PepsiCo, de la mano con las organizaciones Para La Naturaleza, Juan Domingo en Acción, Somos Solar y Solar & Water Solutions.

“Estuvimos hablando después de (los huracanes) Irma y María identificando la problemática, que era comunidades sin electricidad, sin agua, sin comunicación, identificando poblaciones más vulnerables, pero que tenían un afán de ayudarse a sí mismos”, explicó la directora ejecutiva de PADF, Katie Taylor, quien viajó desde los Estados Unidos con la junta directiva de su entidad para ver de primera mano el centro.

“Necesitas involucrar a la comunidad para que ellos sientan su propio empoderamiento y darle soluciones que les funcionen con herramientas que necesitan para sostenerse y quedarse como comunidad, aun con el próximo huracán”, apuntó Taylor sobre la iniciativa, para la que han invertido “poco menos de medio millón de dólares”.

Precisamente, esta es la misión de Para La Naturaleza, que desde el 2018 comenzó a capacitar 30 centros comunitarios, bajo su programa Hábitat, que fue diseñado para restaurar espacios ecológicos que devastaron los sistemas atmosféricos en el 2017.

Andarines es el octavo centro que posee dicha infraestructura y aprovecharon el pasado receso de Semana Santa para colocarla.

El sistema solar cuenta con 24 paneles y una batería inversora Sunverge, acumula carga suficiente para energizar luces, abanicos, nevera mediana, recargar celulares, entre otros dispositivos, y tiene una durabilidad de 10 años.

La bomba de la cisterna también se nutre de la energía solar, la lluvia se recolecta del techo del salón más antiguo y entra al sistema de filtración, y entonces la comunidad misma se encarga de mantener los equipos.

“Cuando nos vimos por primera vez en Washington yo no creía que PADF hacía inversiones en Puerto Rico. Fue una grata sorpresa”, relató el presidente de Para La Naturaleza, Fernando Lloveras, sobre lo que fueron las primeras gestiones del proyecto. 

“Justo antes del huracán, decidimos que teníamos que trabajar con las comunidades y habíamos comenzado a trabajar con ciertas comunidades. Cuando sufrimos esto nos dimos cuenta de que la resiliencia humana es muy frágil, que la resiliencia de la naturaleza está probada, y ella se puede recuperar y nos puede dar muchas lecciones a nosotros. Así que decidimos poner todos los esfuerzos en el apoyo a las comunidades, a las escuelas, y aumentar la resiliencia”, agregó Lloveras.

Para más información sobre esta y otras iniciativas puede comunicarse con Para La Naturaleza al (787) 722-5582, acceder a la página web paralanaturaleza.org o sus redes sociales: Facebook @ParaLaNaturaleza y Twitter @paralanaturalez.