El alcalde de Vieques, Víctor Emeric, ha tenido que ajustar con medidas drásticas los gastos de su municipio recurriendo a medidas austeras que incluyen el despido de 100 empleados y la cancelación de actividades que tienen guindando a las tradicionales fiestas patronales. 

“O nos ajustamos, o nos chavamos”, dijo Emeric al aludir que las decisiones que ha tomado durante los pasados dos meses son la alternativa para cuadrar caja y evitar un escenario más tétrico, como lo es el cierre parcial del ayuntamiento.

“Aquí hay que sobrevivir con lo que hay y aceptando que la situación del país está mal. Tenemos que hacer ajustes y por eso en diciembre tuve que tomar la decisión de salir de esos 100 empleados que laboraban de forma provisional para el municipio. Me da pena, pero tuve que hacerlo. La crisis nos obliga”, dijo el ejecutivo municipal al asegurar que el ahorro con esta acción es de $1 millón en un año.

En Vieques, la alcaldía es la mayor fuente de empleos ante la falta de recursos e industrias locales en una población de 9,000 habitantes y con una tasa de desempleo de 12.4%, según datos provistos por el Departamento del Trabajo. Actualmente, el municipio emplea a 300 personas.

Emeric indicó que con la baja de trabajadores evitó reducir la jornada de los empleados permanentes y garantizó la continuidad de servicios esenciales a la comunidad, como lo son el recogido de basura, el ornato en el pueblo y los campos, y el trabajo que se hace en el centro de envejecientes y en un centro de cuido infantil.

Insistió que lo ha hecho de forma responsable para evitar gastos innecesarios en su administración y ha tomado medidas austeras desde que ocupó el cargo en 2013. De hecho, recordó que cuando inició había una deuda de más de $6.6 millones y logró reducirla a “cero déficit en los últimos dos años”. Esto le ha permitido obtener un “margen prestatario” y cerrar el año fiscal con superávit.

En la mirilla las fiestas

De otra parte, Emeric dijo que los ajustes en las finanzas comenzaron con la suspensión de la fiesta de Navidad y de una ceremonia pomposa en su toma de posesión.

“Y lo otro que viene son las Fiestas Patronales... este año, lamentablemente, creo que no habrá fiestas porque el problema es que después no hay garantías de que pueda pagarle a toda esa gente que se contrate”, dijo quien calcula la inversión de las festividades en $100 mil.

“Ahora mismo las aportaciones del Gobierno llegan por filtro. Pero ya es sabido el problema que hay con el desembolso de esos fondos de Hacienda. Y no quiero echar culpas al Gobierno, pero es la realidad”, expresó.

El atraso en el recibo de fondos, dijo, ha provocado que se pongan en riesgo otros pagos.

“Ahora mismo estamos a punto de que nos corten el teléfono en el municipio porque tenemos una deuda de $30 mil. Eso no es monumental, pero los suplidores no se quieren arriesgar y están tomando esas acciones para evitar deudas impagables”, agregó.