El acoso entre niños y adolescentes es un problema que pudiera ir en ascenso en Puerto Rico y, aunque no hay estadísticas oficiales, se presume que uno de cada 10 menores es víctima de bullying.

En un país donde la violencia es generalizada,  la conducta del acoso, intimidación o agresión física y verbal trasciende también a las relaciones intersociales entre niños, adolescentes y jóvenes, según explicó a Primera Hora la siquiatra  Beatriz Ramírez.

“Tenemos casos de niños agresores y víctimas desde los tres a cuatro años hasta jóvenes de 18 años”, dijo quien labora en la Unidad de Hospitalización de Capestrano, al agregar que la mitad de los casos atendidos corresponden a alumnos de nivel intermedia y superior y de éstos el 10% son molestados de forma regular.

Recordó que cuando se habla de bullying o acoso, la referencia es a cualquier acto de agresión física y verbal que ocurre de forma intencional y repetitiva (patrón) a un niño que se considera débil, inseguro o no peculiar. El objetivo del acosador es humillar públicamente al niño o adolescente. Octubre es designado como el mes  de la prevención del bullying a nivel de Estados Unidos, una conmemoración que se ha extendido a la isla. Entre las disposiciones legales que abarcan el tema está la Ley 85 de 2017 “Ley contra el hostigamiento e intimidación o bullying del Gobierno de Puerto Rico” también conocida como “Ley Alexander Santiago Martínez”. La medida busca salvaguardar el entorno escolar como uno libre de violencia, eliminando todo tipo de hostilidad y propiciando el enriquecimiento del intelecto de los niños y jóvenes de la Isla. 

A continuación, otras señales  a observar y consejos para intervenir  en este tipo de conducta en la que es imprescindible buscar ayuda  mediante profesionales como trabajadores sociales, sicólogos o consejeros.

1. Entre las modalidades de acoso se incluyen las burlas, bromas, intimidación, rumores o exclusión de algún grupo. En adolescentes es común también cyberbullying que es cuando el acoso ocurre por mensajes de textos, correos electrónicos o redes sociales. Casi siempre los jóvenes que incurren en este tipo de comportamiento (los acosadores) se podrían convertir en transgresores de la ley.

2. En varones el acoso muchas veces ocurre mediante la agresión física. Niñas suelen acosar a otras niñas en forma de rumores, bromas o actitudes premeditadas con sobrenombres o apodos. El bullying entre menores por lo general ocurre en las escuelas (baños, comedor, pasillo, autobús) en lugares donde usualmente no hay adultos. También hay casos que se suscitan en vecindarios o campamentos de verano.

3. El niño que sufre el acoso está en riesgo de sufrir problemas emocionales como depresión y muchos incurren en el daño a su persona. Según datos del Cirujano General en EE.UU. entre 1980 y 1996 el suicidio entre niños de 15 a 19 años aumentó un 14%.  En el rango de 10 a 14 años  el aumento fue de  un 100%.

4. Datos científicos demuestran que los niños acosadores tienen riesgo de abusar de alcohol, drogas, de incurrir en deserción escolar y podrían cometer crímenes.  La literatura afirma que los niños acosadores tienen seis veces más riesgo de ser convicto de  un crimen cuando cumplan 24 años. Y cinco veces más posibilidad de terminar con récord criminal a los 30 años de edad. 

5. Muchas veces los acosadores también fueron víctimas de acoso y otros abusos. Un grupo proviene de hogares con padres agresivos. Un estudio de la Universidad de Indiana indica que niños acosadores con edad aproximada de 8 años, ven programas de contenido violento en la televisión. Y que el 36% de los victimarios provienen de hogares con un solo progenitor.

6. Usualmente el niño o joven víctima de bullying presenta los siguientes indicadores:  dolores corporales, problemas de alimentación, ausentismo escolar, conductas autodestructivas y riesgo de utilizar alcohol y otras sustancias controladas.

7. Los adultos nunca deben tomar el bullying como una travesura de niños. No darle seriedad al asunto podría repercutir en problemas serios tanto para el acosado como para el acosador.