Peñuelas. Hace unos años, doña Belén Santiago Castro hizo arreglos para que la cremaran cuando muriera. 

El 7 de mayo pasado un fuego consumió su casita de madera y zinc, en el sector Cuba  y la enfermera retirada, de 86 años, murió calcinada en el interior de su humilde vivienda.

Su familia, sin embargo, no ha podido hacerle las exequias fúnebres porque el Negociado de Ciencias Forenses (NCF) no les ha entregado el cuerpo de la difunta. 

Doña Belén no tenía hijos y su sobrino materno, Lester Lugo, se hizo cargo del proceso de identificación del cadáver. 

Lugo relató que el NCF le requirió los récords dentales de su fenecida tía y como ella no tenía, les suministró los resultados de un CTScan que le fue practicado a Santiago Castro, pero el examen no sirvió para reconocerla.

“Fui allá (al NCF), me tomaron muestras de ADN y me dijeron que los resultados tardaban entre 90 a 160 días y que el examen lo harían en Puerto Rico”, narró en entrevista con Primera Hora.

Ya han pasado más de 160 días, pero Lugo dijo que el NCF no le ha dado los resultados de la prueba genética. 

“Tanto yo como la funeraria Santo Cristo en Peñuelas llama una o dos veces por semana y ellos dan la misma información. Siempre dicen que están en las pruebas de ADN y esto cuando se logra que contesten, porque es muy difícil conseguir comunicación”, sostuvo.

“Hace una semana tuve la última conversación con el NCF y me dijeron lo mismo. Mientras tanto, no hemos podido hacerle un funeral a Tata, como yo le decía”, agregó.

Lo que quedó de la casa en la que residía la octogenaria tras el incendio que le arrebató la vida. (nydia.bauza@gfrmedia.com)
Lo que quedó de la casa en la que residía la octogenaria tras el incendio que le arrebató la vida. (nydia.bauza@gfrmedia.com)

Dijo que “curiosamente” su tía había hecho “los arreglos” para que fuera cremada y que sus cenizas fueran depositadas en el panteón familiar en el cementerio municipal en Peñuelas. 

De hecho, desde el verano, Lugo y su esposa, Zaida Rodríguez, mandaron a hacer la lápida de doña Belén.

“Lo que queremos es sepultarla para que descanse en paz”, sostuvo para indicar que la casita en la que residía su tía tenía un toldo azul de la Agencia Federal para el Manejo de Desastres (FEMA en inglés) porque se mojaba.

“Ella cuidaba a mi hermano Marlon, que tiene condiciones emocionales, en una casa cercana y esa noche le dio con irse a dormir a su casita. Según la explicación que nos dieron los bomberos, el toldo ayudó a que las llamas no se propagaran a otras casas de madera y zinc que hay en el sector”, narró Lugo.

Indicó que el cadáver fue encontrado en la cocina de la casita, que era la única parte en concreto.

“Estaban los candados puestos en la casa”, detalló. 

Al momento, no le han dicho  la causa del fuego.

Dijo que él estaba al pendiente de su tía, pues ella había cuidado a su madre, Petra, quien falleció hace unos años.

“Esperábamos antes de Navidad haber cerrado este capítulo triste para nosotros. Lo más difícil es la espera y el no saber cuándo nos van a dar el cuerpo de Tata”, expresó compungido el peñolano.