Con una copa de vino en mano y su hija recostada en la falda, María Carrión se refugió en la panadería en lo que bajaba el tapón que se formó en toda la Baldorioty.  Como no pudo llegar hasta su negocio en Condado, decidió relajarse un poco y ver el caos pasar. Al fondo se escuchó una señora gritar: “he perdido mi día en este tapón”.

“Estoy stuck aquí en lo que pasa Trump”, dijo Carrión. De inmediato su hija, de algunos siete años, interrumpió para decir: “Es innecesario. ¿Pa’ que él va a venir aquí?”. 

Por la misma línea de pensamiento va Nacho González, de 18 años y quien aseguró que no hace sentido que el presidente Donald Trump visitara la Isla a 13 días del paso del huracán María. “Pienso que está haciendo esto por presión y para la opinión pública. Cerrar el tráfico es un papelón. Es innecesario idolatrar a un presidente ajeno”. Sin embargo el papá de Nacho, Samuel González, lo refutó y le salió al paso. “¡¡Nacho, crece!! Es una de las personas más importantes del mundo. No estamos idolatrando, es la seguridad mundial. Es la persona con más poder en el mundo… Yo creo que el hecho de que Trump nos visite es algo importante porque Puerto Rico necesita, no solamente ayuda de Trump, sino del mundo. Y qué mejor que los Estados Unidos nos apoye. Solos no vamos a poder. El hecho de que Trump esté aquí yo creo que es una bendición. Olvídate si va a estar cinco minutos o una hora. Él está aquí y el mundo nos está mirando y es lo que nos hace falta”, aseguró Samuel mientras su hijo reía. 

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Uno de los empleados de la panadería que velaba el paso de Trump desde el techo era José Rodríguez, mejor conocido en Isla Verde como Pepín. Permanecía tranquilo y esperanzado con la llegada del presidente en suelo boricua. Le parecía bien que Trump observara de primera mano el desastre que dejó María en la Isla. Tampoco le molestaba el tiempo que fuera a estar en el país ni que la Policía de Puerto Rico cerrara el tránsito en la avenida Baldorioty para su llegada. 

A César Maldonado tampoco le incomodó que el tráfico estuviera paralizado porque “el único que tiene el poder ahora mismo de arreglar esto es Trump”. “El único que tiene la maquinaria para levantar esto en dos semanas es los Estados Unidos y el presidente Donald Trump que es el mandatario más grande.  Ya lo está reconstruyendo, solo tienes que mirar que esto (Puerto Rico) está militarizado. Si no fuera por esos militares, hubiera un caos y una pelea y muertes en las estaciones. Gracias a ellos estamos bien. Sin Estados Unidos esto no iría para ningún sitio”, expresó César. 

Cuando se le dijo a uno de los clientes de la panadería que el presidente de los Estados Unidos iba a estar solo unas horas en el país, Jorge Faget quedó en una pieza y paró de comer. “¡¿Cinco horas nada más va a estar!? Pues no va hacer nada porque en cinco horas qué puede hacer. Si yo fuera el gobernador de Puerto Rico no lo recibiría. Él (Donald Trump) ha hablado mal de los puertorriqueños. Hasta recalcó que aún tenemos una deuda que pagar. No estoy nada de contento con su visita”.

Su pareja, Ermis Gayol, fue más precisa y destacó la importancia de que el presidente y el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, prepararan en conjunto un plan económico para el país. Además, resaltó la necesidad de abrir una conversación para que Trump extienda el periodo que exime a la Isla de las Leyes de Cabotaje. 

Mahomad Abdallah, nacido en Arabia pero residente de Puerto Rico desde hace 40 años, también posó sus esperanzas en la llegada de Trump. “No me molesta su llegada y no es el momento de estar molesto con el presidente por sus comentarios. Estamos en una crisis y el pueblo necesita de todo el mundo, no solamente de los Estados Unidos. Que se paralice el tránsito es normal en todo el mundo cuando llega un presidente”.

Unos minutos después de haber pasado el presidente de los Estados Unidos por la Baldorioty, en la Panadería España sonó la canción “Preciosa” del cantante boricua Marc Anthony. Sin embargo, nadie la escuchó. Todavía permanecían tras los cristales y sobre el techo del negocio con la esperanza de ver aunque sea la sombra del primer presidente de los Estados Unidos que arriba a la Isla tras un situación atmosférica.