Culebra. El huracán Irma se acercaba el miércoles en la tarde con furia de león a esta isla municipio y a Valentina Santiago le quedaba solo una decisión por tomar. 

Ya ella y su pareja, Israel Rivera, habían protegido a su manera las pocas pertenencias en la pequeña casa de madera en la barriada Clark en la que viven junto a los tres hijos de ella y el esposo de una de las hijas; la familia había decidido pasar la tormenta en un refugio. 

Solo quedaba pendiente el tema Serena, la perra de la que Valentina no se separa desde que la recogió cuando tenía dos semanas de nacida hace casi diez años. 

“Mi perra para mí es como un ser humano. Yo le hablo a mi perra y mi perra me entiende. Cuando yo me voy a trabajar yo le digo: ‘nena, vélame la casa’, porque aquí están robando y ella me la vela”, dice Valentina, quien labora como ama de llaves en el Municipio de Culebra. 

En algunos refugios estaban aceptando mascotas, pero Valentina no lo sabía.

Parecía que les iba a tocar dejar la perra en una casa en la que Valentina y sus hijos viven hace ocho años y que, siendo de manera y no teniendo nada a su alrededor que la protegiera, era muy poco probable que resistiera los embates del huracán más potente registrado jamás en esta zona, que si bien no iba a pasar directamente sobre la isla, sí la arroparía completa con una de sus furiosas bandas. 

“Él decidió quedarse en la casa para proteger a la perra”, cuenta Valentina, señalando a Israel, con quien convive hace 14 meses. 

Fue así como Israel terminó pasando el potente huracán dentro de una casa de madera, luchando contra feroces vientos, por proteger a Serena. 

“Fue una experiencia bastante misteriosa”, dijo Israel, quien ha intentado ser actor, boxeador, luchador, cantante de hip-hop y actualmente labora en una compañía que renta sombrillas en las playas de Culebra. 

Israel pasó las tres horas y media más duras de Irma protegiendo con su cuerpo la puerta principal de la casa, que los vientos de la tormenta intentaban abrir a golpes.

Tiene en su brazo derecho una lesión que testimonia los traumas que recibió durante la faena contra Irma. 

Durante la tormenta, una de las paredes de la casa colapsó y parte del techo de la casa voló y se enredó con unos cables de electricidad que pasan por encima de la estructura, lo que le hizo a Israel temer que se desatara un incendio que cobrara su vida y la de Serena. 

“Tuve temor por la vida mía, pero mantuve la fe de quedarme hasta las últimas consecuencias. Dije que me iba a quedar hasta que Dios quisiera y así lo hice”, relató Israel. 

En las afueras de la casa, hay un baño de concreto, pero a medio terminar.

Israel creía que él y Serena estarían más seguros ahí, pero la perra no daba señales de estar convencida.

“La llamaba y la llamaba, pero no se movía”, recordó. 

Durante la tormenta, las comunicaciones por telefnía móvil colapsaron, por lo que Valentina e Israel quedaron incomunicados y ella temió lo peor.

“Estaba soplando duro. Yo no sabía si estaba vivo o estaba muerto”, cuenta Valentina. 

Cuando amainaron los vientos y todavía no era seguro moverse por las calles de Culebra, un hijo y el yerno de Valentina fueron a la casa a ver cómo estaba Israel. Lo encontraron encerrado en el baño.

“Vieron una luz y creyeron que alguien se había metido a robar. Era la luz del teléfono de él”, dijo Valentina. 

Valentina e Israel se conocieron hace más de 15 años en Carolina, pero se perdieron el rastro por más de una década cuando ella se quedó sin celular, hasta que hace dos años se reencontraron.

“Él estuvo13 años buscándome”, cuenta ella.

A causa de Irma, perdieron todo, la casa la construyó ella sola, residió allí sin luz por cinco años, hasta que hace tres consiguió el permiso. 

“No me ayudó nadie, ni el municipio”, exclamó. 

Pero no hablan de eso cuando se les pide que cuenten sus experiencias durante Irma, de lo que hablan, y con mucha satisfacción, es de cómo Israel desafió los potentes vientos de Irma, solo para proteger a Serena.