Durante los últimos días ha sido ampliamente difundida una grabación proveniente de YouTube que retrataba a una ciclista enfrascada en una agria discusión con un grupo de hombres a bordo de un camión, luego de que estos la estuvieran acosando.

Indignada por los mensajes machistas que recibió, la joven decidió perseguir el vehículo en el que viajaban sus acosadores y terminó arrancando el espejo lateral de este. El material audiovisual fue visto por millones de personas y apareció en otras plataformas como Twitter y Facebook. Asimismo, la mujer fue elogiada por quienes tuvieron la oportunidad de ver el vídeo.

Pese a la gran difusión que tuvo en varios medios de comunicación, el material fue encontrado sumamente sospechoso por algunos y el portal web del diario británico The Guardian recientemente publicó un artículo señalando que muy probablemente se trataba de una publicación falsa.

Particularmente sospechoso resultó el hecho que el motociclista responsable del vídeo se encontrara detrás de los protagonistas de forma excesivamente conveniente y haya registrado el incidente por completo, o que la muchacha haya quitado el espejo retrovisor con demasiada facilidad.

Poco después, el mismo medio difundió una investigación que confirmaba lo citado antes. The Guardian logró contactar a varios testigos de la escena, señalando que los protagonistas recibían instrucciones por parte de un hombre rubio que parecía hacer las veces de director.

Tras ser contactados, Jungle Creations, compañía responsable de la difusión del material pidió disculpas por este hecho, pero señaló que ellos no eran los responsables del rodaje del falso viral. El vídeo original fue retirado, pero numerosas réplicas siguen circulando por YouTube y Twitter.


Muchos consideran que es posible que se trate de una campaña publicitaria, pues el vídeo tiene una sumatoria de ingredientes característicos de esta clase de publicaciones: un tema polémico que indigna a las personas y una gran sensación de satisfacción y complicidad al final.

Este hecho ha despertado nuevamente el debate sobre la necesidad de comprobar la veracidad del contenido que aparece en Internet, sobre todo como una responsabilidad de los medios de comunicación.