Bueno, la tití que Sebastián conoce puede ser bien chula, canta canciones infantiles, hace monerías y bailes charros y compra obsequios sin razón (porque le gusta ir de compras), pero algo que mi niño desconoce es la esencia “Grinch” de su amorosa tía. 

Tití odia los cumpleaños, el día de San Valentín, la Navidad y toda aquella actividad en la que la gente cariñosa se expresa amor más de la cuenta y en la que la gente seca, se esfuerza por sacar un poco de carisma para ir a tono con la felicidad propia de la época festiva. 

Pero este año es diferente, porque ahora que soy tía siento la necesidad de mantener vivas en Sebastián las ilusiones de la Navidad. Esa fue una de las razones por las que decidí que este era el momento perfecto para retomar la tradición en mi apartamento de poner un arbolito después de algunos años, el que monté con música navideña de fondo (sí ya sé, soy todo un cliché).

Me ilusiona que este año, bajo ese árbol haya regalos para él. Ahora bien, no tengo idea de qué voy a ponerles en la lista a Santa Claus, el niñito Jesús y los Reyes Magos para que le traigan a mi gordis. Sé que le encantan los trenes, así que debe haber un tren. También me gusta que siempre está vestido como un hombrecito, así que debe haber algo de ropa. Además, quisiera que hubiese algo educativo. La cosa es que todos en mi familia andan poniéndose de acuerdo sobre las cosas que van a incluir en sus respectivas listas y yo estoy un poco perdida. 

Así que hoy apelo a la experiencia de mis tías lectoras para que me ayuden con mi lista de regalos para Sebastián, teniendo en cuenta que todavía no cumple los dos años y que, por suerte aun no me puede pedir un XBOX o un DS, como le pidió a mi amiga Edlyn su sobrino Ángelo (¡JA! Pobrecita).