Mucho se habla de la importancia de la salud mental del pueblo, más aún cuando eventos lamentables ocupan la atención de toda la población; casos como el de la enfermera que fue asesinada por su novio quien luego se suicidó, el asesinato de Arelys en Fajardo, la masacre en el residencial Ramos Antonini, entre muchos otros que resulta repetitivo y triste mencionar. Algunos de estos casos pudiesen estar relacionados a enfermedades mentales, pero otros, quizás los más, son resultado de la peor enfermedad que aqueja a un pueblo, la falta de valores y la violencia.

La semana pasada tuve la oportunidad de ir al cine y ver la película Joker. Esta película, más que por ser un éxito taquillero, merece ser vista, analizada y llevarnos a un proceso de reflexión. Dentro del tema central del filme se ve como el impacto nocivo del estigma, la falta de servicios de salud junto con un historial de maltrato físico y emocional llevan a la exacerbación de los síntomas en una persona con padecimientos de salud mental.

Aunque esta película nos lleva a ver la dura realidad que enfrentan muchos pacientes de salud mental NO debemos generalizar y llegar a pensar que todas las personas que padecen de depresión, bipolaridad, ansiedad entre otros padecimientos mentales son los responsables de las barbaries a las que nos exponemos diariamente. No son los que delinquen, matan o agreden. Si bien es cierto que hay una predisposición en los pacientes de salud mental mal atendidos o sin atender junto con otros atenuantes, hay otros factores que incitan a otros a delinquir. Dentro de estos están: deserción escolar, desempleo, crisis económica del país, maltrato en la niñez, falta impunidad ante actos delictivos, entre otros.

La salud mental de nuestro pueblo está en crisis, cada día son más altas las cifras de suicidio, los jóvenes que se mutilan, con trastornos alimentarios, las personas ansiosas, con ataques de pánico o depresión.

Estadísticas reportan que el 7.3% de los adultos puertorriqueños entre 18 y 64 años padece de una condición mental seria. Cuatro de cada diez con problemas mentales serios no reciben tratamiento de clase alguna.

Aquí el calvario del paciente y su familia, no poder encontrar servicios eficientes que estabilice su condición y mejoren su calidad de vida.

El que sufre de algún tipo de trastorno mental, valga la redundancia, sufre. Este sufrimiento no solo es consecuencia de su estado emocional, aumenta por el trato que reciben de una sociedad que lastima con la inacción, rechazo y le falta a la sensibilidad. Nadie sabe, solo el que lo vive, lo difícil que puede ser decir que va a un psicólogo o psiquiatra, lo primero que le dicen es que debe estar loco.

Dentro de los problemas que presentan los pacientes de salud mental se encuentran:

-Estigma
-Pobre acceso a servicios
-Incomprensión
-Rechazo por parte de la familia y/o la sociedad
-Prejuicios
-Violencia
-Mofa
-Falta de compasión.

El 10 de octubre es conocido como el día de la concientización de la Salud Mental, pero ¿qué tan consientes estamos?

Para que esto se dé debemos conocer la implicación de nuestras conductas en el deterioro de la salud mental de otros, ser compasivos y empáticos, legislar por el mejor acceso a servicios, un gobierno que impulse medidas para la detección y ayuda. Necesitamos mejor acceso a servicios, eliminar el estigma y ser entes de ayuda.

Una de las líneas, para mi más impactantes, en la película Joker lo fue cuando el protagonista, Joaquin Phoenix, haciendo referencia a como es tratado menciona: “Una sociedad que pisotea y trata como basura” (haciendo referencia a los que como el padecen de trastornos psiquiátricos) debe ser el marco de referencia para cambiar esta conducta social.

Los trastornos psiquiátricos no tienen cara ni clase social, pueden tocar a la puerta de cualquier familia.

¡Seamos sensibles! ¡Seamos compasivos!