Definitivamente, Johanna Rosaly nació con una estrella deslumbrante. La niña, que desde los ocho años se capacitaba en disciplinas histriónicas, vio su debut en el escenario del teatro Tapia del Viejo San Juan, a los nueve, en la obra Mientras los niños juegan y, a tan solo tres años de haberse inaugurado la televisión en Puerto Rico, ya se dejaba ver en la pantalla chica en Los amigos de Pinocho, por Telemundo.

Siempre ha sido disciplinada y estudiosa. Por eso desde tan joven le surgieron oportunidades para expresar sus inquietudes y desarrollar su talento. A los 15 años se presentaba en obras como My fair lady y The sound of music. Es en el 1966 cuando comienza a recorrer el mundo de las telenovelas, con el personaje de una niña muda, en el melodrama El retrato de Ángela. 

Su formación intelectual es producto de sus estudios en humanidades con concentración en literatura y francés. Johanna habla fluidamente tanto el francés como el inglés. Dentro de sus proyectos televisivos, muchos recuerdan dramas como Encadenados, Melodía otoñal, El árabe, Perdóname este amor, Las almas no tienen color, Lucecita, Mujeres sin hombres, La herencia y, por supuesto la que la catapultó al corazón del pueblo, El hijo de Ángela María. 

Esta telenovela se convirtió en un fenómeno social y televisivo. Su elenco de primera, su interesante trama escrita por Enrique Jarnés dio a las tardes de Telemundo una audiencia sin precedente. Fue tal el éxito de esta telenovela que se hizo una versión de teatro, que se presentó por los pueblos de la Isla, y una versión cinematográfica en donde el romance de “Marisela Perdomo” (Johanna) y “Jorge Boscán” (Rolando Barral) mantuvo latiendo los corazones boricuas una y otra vez. 

Como prueba del poder de convocatoria del maravilloso elenco compuesto por Emma Rosa Vincenty, Benjamín Morales, Sharon Riley, Luis Daniel Rivera, Santiago García Ortega, Miguel Ángel Suárez, Marilyn Pupo, Mona Marti, Ángela Meyer y Mariela Figueroa, entre otros, Telemundo preparó unas tablillas para la parte delantera de los automóviles con el fin de promocionar sus actores e inundar de su logo las calles del País. Más de 25 mil personas acudieron a la repartición de tablillas. El tráfico en la avenida Roosevelt se paralizó y fue reseñado por los medios de comunicación.

Johanna se colocó a nivel histriónico como la reina de los melodramas en el 1973. Aún así, Telemundo suspendería la producción de novelas locales, y esas grandes historias y aquellos repartos tan bien escogidos por la productora Esther Palés verían agonizar el sueño de una televisión local exportable, rentable y duradera. No obstante, Johanna se mantuvo activa en el teatro, como actriz y como productora. 

Fue reportera de espectáculos en el programa En vivo a las cinco y comenzó a cantar y grabó varias producciones musicales. Con el producto de las mismas, cumplió a cabalidad con todos los compromisos económicos que algunas de las producciones le dejaron. Porque, eso sí, Johanna es responsable con todo en la vida. Nadie puede decir que ella quedó mal en algo.

En el 1978, a la reina le esperaba otro golpe para la historia. Telemundo se asocia con Radio Caracas Televisión para producir telenovelas, y deciden que la primera protagonista de este nuevo ciclo lo será Johanna junto a José Luis Rodríguez “el Puma”. Cristina Bazán se convirtió en el suceso de la década. Y este año se realizó un especial al cumplirse 38 años de aquella experiencia.

Luego vino una etapa en Wapa con novelas como Ámame, Vida, El amor nuestro de cada día, viajes y su regreso a Telemundo para animar Super Sábados.

Johanna canta, actúa, anima, dirige, y domina las artes de la representación de una manera impresionante. Fuera del escenario es una mujer noble que siempre  verás leyendo o estudiando. Disfruta de preparar una cena para los amigos, de una buena charla o una bohemia sentimental. 

Como compañera de escena es de primera. Pero ojo, para pararse al lado de Johanna hay que estar preparado, hay que ser culto, profesional y dedicado. Pero una cosa les aseguro, trabajar con ella es un placer y un privilegio. Su sentido del humor es espontáneo y, lejos de lo que puedan pensar o imaginarse algunos, es la amiga más sencilla que se puede tener.

Por eso esta Nostalgia alegre va por ella. Porque es un placer conocerla y haber compartido muchos momentos profesionales y personales que me han confirmado la maravilla que encierra su esencia. 

¡Hasta la próxima!