Alguna vez sentí cierta pasión por alguien. Me encantaba sentirlo cerca, sus caricias, sus besos y el cariñito que nos enchula a todos.

Obviamente no fue una relación duradera ni seria, era solo una atracción.

No digo que no hubiese funcionado, eso jamás lo sabré, pero no creo que hubiésemos tenido una relación. ¿La razón? Simple, no había sentimiento.

Muchas personas pasan por este tipo de “momentos” en donde conocen a alguien, se atraen físicamente, se caen bien, funcionan de maravilla en la cama.  ¿Y qué pasa? Salió embarazada la chica y se casan por esa razón.

En nuestra cultura latina la práctica de casarse por un embarazo no deseado es demasiado común. Al decir verdad, se ha hecho casi la regla general.


Las personas no conciben una relación con un hijo sin un matrimonio de por medio, aunque el amor nunca haya existido entre ellos.

Pero al cabo de los años esas parejas que se juntaron por un bebé casi nunca perduran.

Demás está decir que es completamente comprensible. Si no amaste antes, ¿cómo piensas que amarás después?

Las cosas no se ponen mejor con un hijo. Helloooo…se ponen muchísimo peor.

No digo que un hijo arruine la relación, para nada, soy madre y amo a mi hija con mi vida, pero una relación tiene que estar solidificada en el amor y no en la obligación.

Solo digo que para vivir una guerra por compromiso, es mejor vivir una paternidad compartida en paz.

Y tú, ¿te casaste con alguien solo por compromiso?

Cuéntame, escríbeme a janizabeth.sanchez@gmail.com.

Besos de miel…

Búscame en Twitter @janizabeth.