Bad Bunny ha vuelto a ser la figura central de comentarios, críticas y, por qué no, de prejuicios. El Conejo Malo llenó a capacidad el legendario Yankee Stadium, provocando el delirio de sus seguidores. También se presentó en una ceremonia de premios televisivos y, en medio del espectáculo, el artista se besó con dos integrantes de su cuerpo de baile, uno de ellos, varón.

El acto ha sido gasolina para sus críticos y también para sus defensores. El campo de batalla seleccionado son las redes sociales. Ciertamente, Bad Bunny puede resultar estridente en su estilo, así como en la forma en que lleva su espectáculo. Pero dejemos claro, que no ha sido el único.

Figuras como la legendaria Madonna lo hizo en reiterados momentos. Incluso, en una visita cursada a Puerto Rico quiso “homenajear” nuestra bandera pasándola “por los países bajos” en pleno escenario. Todo ello es parte del llamado “show business”.

Podríamos seguir con una larga lista de ejemplos, pero creo que no es necesario. Nos guste o no, Benito se ha convertido en un verdadero fenómeno mundial. Su nombre ya se pasea al lado de los cocorocos de la música, el cine y hasta en la moda. Es una máquina de hacer dinero y pienso que ya ha llegado a unos niveles que, difícilmente, tendrá tiempo de gastar todo lo que ha generado y seguirá generando.

Muchas de sus canciones pueden rayar en lo ofensivo, a juicio de muchos. El contenido puede llevar a pensar que degrada de algún modo a la mujer. Es cierto que no le veo la necesidad de esas temáticas para poder pegar. No obstante, pienso que el chico irá evolucionando.

Su sentido de justicia y equidad ya está formando posturas más definidas. Ese mismo sentido deberá llevarlo a mover la aguja en una dirección contraria y propiciar un contenido menos vulgar. Pero vamos, ¡no seamos changuitos!

Reaccionamos de manera muy puritana ante las canciones de Bad Bunny, pero toleramos, aplaudimos y hasta consideramos clásicos algunos temas del pasado. Tomemos mi género favorito, que es la salsa. Vamos, que abundan temas que reducen a la mujer a un triste rol caricaturesco y machista.

En ese renglón, el que botó la bola fue el gran Maelo. Ese tema titulado “Si te cojo” nunca debió ser grabado. Replico dos estrofitas para refrescarles la memoria:

Si te cojo coqueteándole a otro / Ya verás que trompa’ te voy a pegar / Si te cojo guiñándole a otro / Un piñazo en un ojo te voy a dar.

Mira negra, y ponte a fregar / Coje el trapo y ponte a limpiar / Si yo llego y mi papa no está / Pau, pau, pau, te voy a dar.

Con esa evidencia, Maelo tendría tremendo lío. De igual forma, abundaban las canciones de burlas a los homosexuales y reiterando prejuicios. ¡Las malas palabras también existían! La Orquesta de Tommy Olivencia le regaló muchas en la voz de Héctor Tricoche a Fidel Castro en el tema “El Tabacón.”

Antes que la salsa explotara, nuestros adultos mayores vivieron la época del “peace and love”, cuando las drogas sazonaban su mensaje, mientras andaban en cuero pa’rriba y pa’bajo. Puerto Rico albergó en el 1972 el Festival Mar y Sol, que hizo galas de lo antes descrito.

Como dije. Cada época tiene su género y sus referentes. Benito domina el escenario en la actualidad. Podrá tener muchas cosas que usted pudiera señalar como defectuosas, pero también tiene su brazo benéfico que ayuda a muchos.

Usted escuche lo que le guste y no oiga lo que le moleste. Lo que sí es cierto es que el muchacho ha puesto a este 100 x 35 en el mapa.