Nosotros los boricuas tenemos muchas expresiones que repetimos sin pensar de dónde provienen.

Por ejemplo, cuando queremos decir que algo es muy antiguo, declaramos que es ‘más viejo que el frío’. Y me pregunto: ¿cuán viejo es el frío?

Pues resulta que el frío en nuestro planeta es, de hecho, bastante viejo. La primera época glacial ocurrió hace más de 2000 millones de años, cuando la Tierra era una enorme bola de hielo.

Así que sí… el frío es muy viejo; eso lo entiendo.

Lo que no acabo de entender es por qué decimos que “hace un frío pelú”. ¿Será que los vellos del cuerpo se erizan cuando se siente mucho frío? Esa se las debo.

Pero nosotros tenemos otras maneras de expresar el concepto de lo viejo. Una de ellas es cuando afirmamos que tal persona o cosa es “más vieja que Matusalén”.

Según el libro de Génesis, Matusalén era el abuelito de Noé. Este personaje bíblico debe tener el récord Guinness de longevidad, ya que vivió la friolera de 969 años (604 días más que su hijo, y padre de Noé, Enoc). Su propio nieto Noé vivió 950 años, que “no es cáscara de coco” (otro día les explico el origen de esa frase).

Por otro lado, cuando nos referimos a algún momento remoto, decimos que tal cosa es “del año de las guácaras”. Pues resulta que los taínos le llamaban ‘guácaras’ a las cuevas; así pues, decir que algo es “del año de las guácaras” significa que es de la era de las cuevas, cuando los cavernícolas utilizaban esos espacios para vivir.

Por el contrario, si nosotros los cincuentones queremos declarar que somos jóvenes aún (que es totalmente cierto), entonces decimos que somos “de Menudo pa’ ca”. Esta famosa agrupación musical, a pesar de que ya han pasado unos añitos desde que existieron por última vez, se sigue relacionando con la juventud y con tiempos recientes.

La verdad es que de los “Menudo pa’ca ha llovido”. Esta es otra forma que tenemos los puertorriqueños de expresar el paso del tiempo. ¿Cuántas lluvias han caído desde el día en que naciste? Probablemente miles de veces… (“No te deprimas”, dirían los Menudo).

Estamos obsesionados con el tiempo y su paso. De ahí tantas frases y expresiones que hacen referencia a una realidad que no controlamos. Miramos a nuestro pasado con nostalgia, y decimos con frecuencia que “todo tiempo pasado fue mejor”. ¿Será cierto?

El escritor español Francisco de Quevedo decía que, si pensamos que el ayer era mejor que el presente, entonces “estamos condenando el futuro sin conocerlo”. Asimismo, otro famoso escritor argentino, Ernesto Sábato, aseveró que la frase “todo tiempo pasado fue mejor” no indica que antes sucedieran menos cosas malas, “sino que -felizmente- la gente las echa en el olvido”.

Solo nos acordamos de lo bueno del pasado y le damos más prominencia a lo malo del presente. La nostalgia es un sentimiento fuerte que suele borrar de nuestras mentes los malos recuerdos; es como un mecanismo de defensa de nuestro cerebro.

Al final, el ayer es solo eso: memorias. Vive tu presente, que es lo real, como el mejor momento de tu vida. No te quedes en el “tiempo de las guácaras” en caso de que seas más “viejo o vieja que el frío” y tengas casi “los años de Matusalén”, o seas de la generación de “Menudo pa’ca”.

El mejor momento es ahora.