Víctor Elgueta llegó hace cinco meses a Puerto Rico y se apuntó a un tour organizado para visitar a la Isla de Mona. De inmediato quedó maravillado con su belleza natural.

Sin embargo, también observó algunas cosas que le preocuparon.

Además de una cantidad considerable de basura en sus costas, Elgueta divisó una serie de animales domésticos como cerdos asilvestrados (jabalíes), cabras y gatos salvajes, que representan una amenaza para el ecosistema y que podría poner en peligro animales y plantas endémicas.

“Uno de los principales atractivos que tiene Isla de Mona son las especies endémicas que no se encuentran en otras partes del mundo. Pero la presencia de estos animales domésticos tiene un impacto en ellas. No puedo decir cuál es el dato específico, pero de que genera un impacto, lo genera. Eso ya ha sido estudiado en otras partes del mundo”, sostuvo Helgueta, natural de Chile y quien antes de llegar a Puerto Rico laboraba como ingeniero de conservación en Recursos Naturales en la zona de La Patagonia, adscrito a la Universidad Austral de ese país.

Entre las variedades endémicas que conviven en Isla de Mona y que son consideradas por las autoridades federales como especies en peligro de extinción, se encuentran la iguana de Mona, la mariquita de Mona, la boa de Mona y el Cactus de Higo Chumbo.

La mayoría de estas especies se ven afectadas directamente con la presencia de animales ferales en la zona, debido a que, en la mayoría de los casos, compiten por comida o se alimentan de esas plantas o de los huevos de los reptiles y las aves. 

“Todos los animales tienen que comer. Obviamente, los gatos no van a salir a pescar. Van a comer pájaros”, comentó el visitante.

Otros efectos que podrían derivarse de la presencia de animales domésticos en Isla de Mona, según Helgueta, es la compactación del terreno que dificulta la absorción del agua y el crecimiento de otras semillas, lo cual dificulta la conservación de las plantas, así como la destrucción de nidos, entre otros.

En cuanto a la basura que encontró en la costa, Elgueta indicó que la mayor parte de ellas fue vista cerca del muelle y en el área de acampar.

“La basura es importante y afea a la Isla, pero no es lo más que me preocupa. Mucha de esa basura llega allí por las corrientes marinas. Además, si alguien quisiera hacerlo, se puede recoger y se acabó el problema. El problema de los animales es más preocupante porque amenaza la razón para la que está la Isla de Mona, que es conservar especies endémicas”, subrayó el ingeniero de conservación. 

“Lo que está sucediendo es terrible, pero eso no solo pasa aquí. Pasa en todo el mundo. El plástico es algo que la gente no tiene conciencia”, apuntó.

Elgueta dijo desconocer cuál ha sido el impacto ya de la presencia de estos animales y tampoco ha llevado su preocupación a las autoridades federales, pero sí compartió sus impresiones en las redes sociales con la intención de que llegue a las entidades pertinentes.

“Mi intención es crear conciencia y aprovechar las redes sociales para transmitir el mensaje. A Mona le dicen la Galápagos del Caribe y la verdad es que tiene todo para así serlo. Pero hay que atender esa situación antes de que sea demasiado tarde”, sentenció.

DRNA tiene “plan agresivo”

Por su parte, el Director del Negociado de Áreas Naturales Protegidas y Servicio Forestal del DRNA, el biólogo Alberto Mercado estableció que la agencia cuenta con un “plan agresivo” para trabajar con las áreas protegidas de la Isla, incluyendo Isla de Mona.

“Hay varios documentos de apoyo para Isla de Mona y eso es parte de toda la investigación científica que se realiza en la Isla, ya que hay varias investigaciones corriendo. Sí, hay estrategias de manejo delineadas para la conservación de especies en Isla de Mona y sí hay un esfuerzo monumental que pocos conocen”, explicó Mercado.

A su vez, el Director del Negociado aseguró que la presencia de especies como jabalíes, cabras y gatos viene desde hace muchos años y que se utilizan las temporadas de cacería como una estrategia para controlar las poblaciones de estos animales.

“No debemos perder de perspectiva que antes había una actividad comercial en Isla de Mona a finales de siglo 19 y principios del siglo 20, donde se extraía el guano del sistema de cuevas de Isla de Mona. Así que había mucha presencia de seres humanos en la Isla y han estado llevando estas especies, por lo que llevan muchísimos años allí”, indicó. 

“En el caso de cabros y cerdos, las épocas de cacería son una estrategia para reducir cualquier impacto que pudiera considerarse como uno adverso a las especies que están amenazadas por la extinción en la Isla”, explicó Mercado.

Sin embargo, el biólogo del DRNA explicó que son dos las épocas de cacería, aunque solo pudo mencionar uno de los eventos que se da a principios de año, ya que hay variables que pueden incidir en las fechas para esta actividad.

“Tenemos cacería a comienzos del año, entre enero y febrero y luego volvemos a tener otra cacería, pero depende mucho de los trabajos que estemos realizando en la isla y de las poblaciones de las especies que se van a estar cazando. Así que varía”, informó el funcionario.

De igual forma, Mercado aclaró que la agencia tiene un protocolo para recogido de desperdicios sólidos en Isla de Mona, aunque reconoció el reto que tiene el DRNA en esta área protegida que, según estiman, recibe la visita de aproximadamente 10 mil personas al año.

“No podemos tapar el cielo con una mano, en ocasiones gente que visita la isla tira su basura. También hemos recibo basura por el movimiento de las corrientes, mucho plástico que se acumula en las orillas de las playas”. 

“Para eso nosotros tenemos eventos de limpieza cada dos semanas. Movemos la lancha hacia la Isla, empacamos los desperdicios y disponemos de ellos. Estamos constantemente limpiando la Isla. Tenemos un área donde almacenamos la basura y entonces ahí la vamos empacando y la mantenemos almacenadas. Cuando llega la embarcación, procedemos a recoger”, sostuvo el funcionario del DRNA, quien confirmó que el pasado fin de semana en colaboración con un grupo de cazadores, estuvieron haciendo una limpieza “en puntos comunes donde la gente desembarca a disfrutar de la playa, acampar y los lugares que también utilizan los cazadores”, expuso.

Asimismo, el director informó que estarán haciendo una limpieza mayor durante el periodo de verano, en la cual aprovecharán para movilizar vehículos averiados que tiene la agencia en Mona y que no han podido traer a reparar a Puerto Rico por los altos costos de transporte marítimo.