Sandals Resorts International anunció que, como parte de una revisión de su hotel en Exuma, isla del archipiélago de Bahamas, instaló detectores de monóxido de carbono en todas las habitaciones, después que tres turistas estadounidenses fueran encontrados muertos a principio de mes.

La dirección de la compañía hotelera informó a través de un comunicado que la medida no es obligatoria en ningún destino del Caribe en el que opera la empresa, pero que se adopta como prevención, después del mediático incidente que causó la muerte de los estadounidenses por inhalar dióxido de carbono.

“Seguimos devastados por el evento que ocurrió en Sandals Emerald Bay Resort a principios de este mes que resultó en la pérdida de tres vidas”, subraya el comunicado.

“Deseamos extender una vez más nuestras más profundas condolencias a las familias”, indica.

A pesar de las especulaciones iniciales, las autoridades de Bahamas han concluido que la causa de las muertes fue un incidente aislado de inhalación de dióxido de carbono en una estructura independiente que albergaba dos habitaciones individuales.

El Gobierno de Bahamas dejó claro que el fallecimiento nada tuvo que ver con el sistema de aire acondicionado, el servicio de alimentos y bebidas u otras hipótesis sin fundamento que se han barajado en las últimas fechas.

Resorts International subrayó que garantizar la seguridad y el bienestar de sus invitados y miembros siempre será primordial para la empresa.

Los fallecidos fueron identificados como Michael Phillips (68), Robbie Phillips (65) y Vincent Chiarella (64).

La esposa de Chiarella, Donnis Chiarella, de 65 años, que fue encontrada con vida, fue trasladada en avión a la capital, Nassau, para recibir tratamiento médico y posteriormente a un hospital de Florida (EE.UU).

Los 4 turistas formaban dos parejas que se hospedaban en villas contiguas de ese centro hotelero, donde fueron encontrados muertos sin signos de violencia.