Pareciera una conspiración del destino, pero el sector Las Abejas del barrio Asomante, alberga la historia familiar de Jardín Luriam, el edén más grande de Aibonito, a donde diariamente custodian decenas de miles de flores que exhiben su belleza de par en par.

Allí el colorido de sus pétalos es la puerta que invita a pasar por el entorno surreal de un oasis que inició su cultivo hace cerca de 35 años, cuando don Ángel Berríos se atrevió a romper con el frío olímpico para mostrar la belleza que nacía al cuidado de sus manos.

Con tan solo un cuarto grado de estudios, Berríos llegó a las instalaciones de la corporación multinacional Walmart, en su tienda de Bayamón, y ofreció su producto al gerente, quien se enamoró de las plantas que germinaban en suelo aiboniteño.

Aunque don Ángel ya no está en el plano terrenal, sus hijas Lucy y Miriam Berríos Maldonado, recuerdan el amor que sembró su progenitor, que aún florece con la segunda generación.

Con una sonrisa a flor de piel, Lucy, de 55 años, recuerda el legado de su progenitor, quien levantó el negocio en 1989, junto a su madre, Luz Neida Maldonado, que a sus 76 años sigue activa en el jardín con sus dos retoños.

En el Jardín Luriam diariamente se custodian decenas de miles de plantas que exhiben su belleza de par en par.

“Mi papá salió en su camioncito sin saber nada, con tan solo cuarto grado, a presentarse en la tienda de Bayamón y allí, cuando vieron las plantas que llevaba, le preguntaron si sembraba eso. Entonces, le pidieron que sembrara más y ese día le pagaron. Luego él vino a sembrar más”, relató.

“Así comenzamos, sembrando para las cadenas Walmart. Mi papá y mi mamá siempre estuvieron en la agricultura desde pequeños. Les llamaba la atención todo lo que era de flores y siguieron el negocio, haciendo más ranchos para sembrar y llevar las plantas a las cadenas”, sostuvo.

Entonces, sus hijas se integraron al negocio familiar en la década del 90, pues Lucy se quedó sin empleo “cuando vendieron los hospitales (CDT); trabajaba en récord médico”.

Fabiola Matos junto a su mamá, Miriam Berríos, copropietaria de Jardín Luriam.
Fabiola Matos junto a su mamá, Miriam Berríos, copropietaria de Jardín Luriam. (Isabel Ferre Sadurni)

“Fue entonces que decido venirme para acá; mi hermana era secretaria de un médico. Pero aquí había necesidad de hacer la facturación y le dije a mi hermana que se integrara para poder seguir con el negocio”, resaltó.

De esa manera, las hermanas Berríos Maldonado tomaron las riendas del vergel que lleva sus nombres combinados: Luriam “que viene de Lucy y Miriam”. La operación genera 22 empleos directos, a tiempo completo.

“Las plantas vienen de Florida en los Estados Unidos; llegan en esquejes y nosotras las vamos sembrando. Sembramos vegetales, todo lo que es de florecedores, de todas las plantas de temporada. Nos distribuyen productos de diferentes países, entre estos, Holanda”, argumentó.

No solo eso, sino que estas floricultoras ayudan a otros productores del pueblo que no cuentan con mucho espacio para sembrar. De hecho, su jardín ocupa cinco cuerdas y media de terreno, en el cual cuentan con 38 umbráculos, que es la cubierta para resguardar las plantas del sol.

“Aquí cultivamos geranios, petunias, hortensias, claveles, lirios cala, trinitarias, entre otras. También sembramos recao, tomate, ajíes, cilantrillo, albahaca, romero, tomillo, entre otras, para que las personas puedan implementarlas en sus huertos caseros y cultivo también fresas”, detalló.

“De Holanda llegan los bulbos de lirio blanco y amarilis en colores rosa, amarillo, naranja, rojo, entre otros. Igualmente, cultivamos plantas ornamentales, helechos, variedad de suculentas. Este jardín es el más grande (de Aibonito); son miles y miles de flores de todos los colores y formas”, expresó al expresar que el proceso de riego es manual.

Entretanto, señaló que, en tiempos de pascua, entre octubre a diciembre, el lugar parece de ensueño, “pues esto se llena aquí de miles de pascuas en colores rojo, rosa, amarillo; de dos tonos que es entre amarillo y rosa, pero la más que se vende es la pascua roja”.

La operación genera 22 empleos directos, a tiempo completo.
La operación genera 22 empleos directos, a tiempo completo. (Isabel Ferre Sadurni)

“Mucha gente se está preparando para el Festival de las Flores (en verano) y también para mayo por el Día de las Madres. Yo me tengo que preparar durante todo el año, porque todo el año estoy vendiendo a Walmart, Hotel El Conquistador y otras empresas que tienen sus jardines”, apuntó.

“Puerto Rico, aunque es una isla pequeña, a la gente le encantan las flores, aunque muchos dicen que esto es lujo, pero una casa sin flores… Yo digo que las flores son la alegría que hay en el hogar”.

Así las cosas, la floricultora aseguró que el legado continuará en una tercera generación, de la mano de su sobrina y su hijo.

Nosotras amamos lo que hacemos. Realmente, si a uno le apasiona lo que hace, uno lo hace con un gusto inmenso, pasan las horas y no nos molesta, al contrario, sentimos que se nos fue el tiempo muy rápido. La naturaleza nos brinda paz y tranquilidad”, concluyó.

Para más detalles, puede llamar al 787-735-6817 o al 787-991-3450.