La música forma parte de nuestra cultura; los acordes de un cuatro, el chachachá de las maracas y el retumbe del tambor retratan nuestras emociones. Crear música es un proceso liberador que permite acceder a los sentimientos más escondidos de nuestro ser y ayudarnos a sanar.

Los elementos sanadores de la música son la base de la Fundación Música y País, quienes a través de la musicoterapia ayudaron a más de 450 niños y niñas de la Red de Albergues para Menores de Puerto Rico a procesar y externalizar sus vivencias tras el paso del huracán María.

“La musicoterapia se ha desarrollado como una disciplina que usa el aspecto clínico-terapéutico de la música para trabajar con diferentes condiciones”, expresa María del Carmen Gil, presidenta de la Fundación Música y País. “El objetivo de las intervenciones fue proveer contención y alivio post huracán. De eso, emanaron actividades en las que los menores pudieron expresar sus miedos, emociones, experiencias y vivencias sobre ese momento, que para muchos de nosotros fue impresionante y en alguna medida traumático”.

Utilizando instrumentos de percusión creados por los niños y niñas con los desechos del ciclón, los musicoterapeutas guiaron a los participantes en un proceso de convertir emociones negativas en experiencias positivas.

“Cantar, hacer música, crear instrumentos, la dinámica de cómo se toca el tambor y la plena, aunque no lo supieran tocar… lo importante era hablar y expresar lo que estábamos sintiendo”, cuenta Damaris González, vicepresidenta de la Red de Albergues para Menores de Puerto Rico.

La unión entre ambas entidades surgió como una manera de atender la ansiedad que sufrieron los niños y niñas ante las pérdidas materiales y emocionales tras el paso de María. Como parte de sus esfuerzos de reconstrucción del país, la Fundación Banco Popular apoyó a ambas organizaciones en su misión de crear un espacio divertido y terapéutico para los niños y niñas.

“Los y las sobrevivientes de violencia tienen unas particularidades de atención muy distintas a la niñez en términos generales”, explica Marcos Santana, presidente de la Red de Albergues para Menores de Puerto Rico. “Así comenzamos conversaciones y, con el apoyo de la Fundación Banco Popular, surge lo que es la intervención para el alivio emocional con la musicoterapia”.