Para muchas personas la cuarentena impuesta por el COVID-19 fue una nueva experiencia de vida, pero para algunas mujeres que experimentan incontinencia urinaria, el estar encerradas en su hogar, ya era parte de su diario vivir. El uro-ginecólogo Jimmy Juliá, del Centro Médico Episcopal San Lucas, escuchaba estos testimonios de encierro por parte de sus pacientes, hasta que pudieron realizarse exitosamente una cirugía pélvica reconstructiva para tener una mejor calidad de vida.

“He tenido pacientes que vienen a tratarse su condición de incontinencia urinaria porque ni siquiera querían salir de su casa, ya que sentían que las demás personas percibían su olor a orina. Sin embargo, después del tratamiento, estas pacientes lograron tener mayor calidad de vida por la mejoría o curación de su condición de incontinencia urinaria. Empezaron a salir y a compartir con su familia, dejando así su miedo a estar en público”, contó el doctor Juliá.

Cirugía pélvica reconstructiva, un procedimiento que toda mujer debe conocer

La cirugía pélvica reconstructiva trata varias condiciones. Las dos más comunes son la incontinencia urinaria por esfuerzo y el prolapso o debilidad del suelo pélvico. Las mujeres, tanto jóvenes como mayores, con una de estas condiciones pueden realizarse este tratamiento.

En el caso de las pacientes con incontinencia urinaria, antes de considerar la cirugía pueden utilizar medicamentos y realizar cambios en su estilo de vida para tratar la condición. Todo dependerá, sostuvo el especialista, de cuánto le afecte a la paciente.

“En general, toda paciente que tenga síntomas de incontinencia por esfuerzo se le puede reconstruir el área de la uretra, para que cuando se ría o tosa no se le salga la orina”, agregó el especialista.

Lo mismo sucede con las pacientes que padecen de prolapso. Si tienen un abultamiento muy severo, que en ocasiones puede impedirle caminar correctamente, la cirugía puede ser una solución para recolocar los órganos internos.

“La cirugía pélvica reconstructiva no es lo que se piensa. Usualmente se asume que se realiza para tener una mejor apariencia en el área de la vulva o tener mayor placer sexual, cuando no es así”, sostuvo Juliá tras explicar que este tipo de cirugía atiende condiciones médicas que interfieren con la calidad de vida de la paciente.

Aunque todo depende del caso, el uro-ginecólogo mencionó que esta cirugía casi siempre es ambulatoria y las pacientes se recuperan en dos o tres semanas.