Es harto conocido que Puerto Rico lleva varios años atravesando por una dura y prolongada recesión económica. El economista Gustavo Vélez expresó que el 2006 fue el último año en que la economía de Puerto Rico reflejó un crecimiento (fue de un 0.5 %).

A veces nos preguntamos qué podemos hacer nosotros como ciudadanos para transformar nuestra situación de País. Y la respuesta puede ser más obvia de lo que intuimos: una de las formas de ayudar a levantar la economía es apoyando el comercio local.

Y eso, ¿tiene sentido?

No hay mejor forma de impactar la economía que invertir tu dinero en productos o empresas locales. Estudios económicos reflejan que el efecto multiplicador es más efectivo si el dinero que circula se queda en esa región específica.

¿Y cómo pasa eso?

La American Independent Business Association, en su informe sobre el efecto multiplicador en los negocios locales independientes, explica que el impacto económico se mide a través de tres componentes:

Impacto directo

Esto pueden ser salarios, inventario, entre otros.

Impacto indirecto

Piensa en hechos como la compra de gasolina para vehículos oficiales o relacionados al trabajo, el pago de energía eléctrica del establecimiento, decoración del negocio, entre otros.

Impacto inducido

Aquí se refiere a todo lo que sea consumo: la compra del supermercado, adquisición de ropa, boletos para un concierto, entre otros.

En el caso de Puerto Rico, se estima que por cada dólar que se invierte localmente, alrededor de .68 centavos se quedan en el país como efecto directo, indirecto o inducido.

La clave está en que gran parte del dinero se utilice para alimentar otros negocios locales, como en la compra de equipo o suministros, y se produzca entonces un efecto multiplicador.

De esta manera, puedes asegurar que el dinero que gastaste sirvió para mantener más negocios abiertos, más dinero circulando, más empleos salvados y, en general, ayudó al fortalecimiento de la economía local.