El grueso de los jugadores del Equipo Nacional, incluyendo al armador Carlos Rivera, llegan hoy  a Puerto Rico, mientras sus rivales afinan detalles para sus partidos aquí.

Cinco boricuas activos en el exterior se unen  al Equipo Nacional en Puerto Rico para prepararse para ser anfitriones esta  semana de la última ventana del clasificatorio para la Copa del Mundo China 2019.

Puerto Rico se enfrenta a Argentina este viernes y el lunes próximo a Uruguay. 

El partido ante los uruguayos será el de clasificación o eliminación para ambos.

Gary Browne, John Holland, Carlos Rivera, David Huertas y Ramón Clemente son los boricuas que arriban hoy para unirse a otros que llegaron en días recientes, como Javier Mojica, y a otros que permanecieron en la Isla  como Devon Collier y Jorge Bryan Díaz, detalló el gerente de la Selección Nacional, Alfredo ‘Piraña’ Morales.

“Mojica, Collier y Ricky (Sánchez) entrenaron con Eddie en Quebradillas y lucen en excelentes condiciones”, agregó Morales.

Rivera luce como una oportunidad para el Equipo que perdió por lesión al armador Ángel Rodríguez, así como a José Juan Barea, quien, aunque lesionado, no hubiese jugado en la última ventana por su compromiso con los Mavericks de Dallas en la NBA.

Mañana será la última fecha de llegada de jugadores de Puerto Rico, informó el presidente de la Federación de Baloncesto de Puerto Rico, Yum Ramos.

Hoy en la noche, con la llegada del grueso de los jugadores, la Selección podría entrenar en el coliseo Roberto Clemente si el municipio de San Juan le entrega al equipo la instalación, dijo Ramos.

“Si no, tenemos otros sitios separados”, agregó Ramos.

Mientras, Argentina  ya clasificó a China 2019 y llega a Puerto Rico con planes de usar el partido como preparación para el Mundial.

“De febrero hasta el Mundial hay muy poco tiempo, así que también podemos tomar esa ventana como parte del proceso de preparación”, dijo el entrenador Sergio Hernández al portal  Clarín.com.

Argentina no traerá a Puerto Rico a ninguna de sus estrellas. Viene con un grupo de jugadores que incluyen solo a  cuatro que jugaron, saliendo del banco, contra Puerto Rico en la ventana de septiembre.

Por su parte, Uruguay llegará aquí tratando de usar a su favor la presión de ganar de visita para clasificar a su primer mundial desde el 1986.

“He hablado con tus colegas de tratar de transformar la palabra presión por desafío. Cada individuo que conforma un plantel tiene su universo de sentires. La intención es liberarlos a ellos de todo eso que yo le llamo entrenamiento invisible, que puede bombardear su cabeza, y que estas variables de tanto tiempo de la ausencia de Uruguay afuera, de que es un partido definitorio, de que es contra Puerto Rico en Puerto Rico, sea un verdadero estímulo. Nutrirlos del verdadero lubricante que tiene esto, que es la confianza”, dijo su dirigente Rubén Magnano a Ovación.com.