ORLANDO, Florida. – De algo está muy seguro José Juan Barea: en algún momento estará activo nuevamente en cancha. Pero reconoce que en este momento todo su futuro inmediato es una incógnita absoluta, aunque deja la puerta abierta a todas las posibles opciones que puedan surgirle en los próximos meses. Incluso, para vestir la camiseta nacional en China 2019.

“No lo voy a descartar, pero es bien difícil que eso pase. No lo voy a descartar hasta que se acerque la fecha. Uno nunca sabe lo que puede pasar, pero será algo bien difícil. El tiempo va a estar ahí muy cercano a cuando yo esté jugando. Uno nunca sabe. Lo veo bien difícil, pero no lo voy a descartar hasta que oficialmente no pueda”, dijo Barea este viernes a Primera Hora previo a la visita de los Mavericks de Dallas al Magic de Orlando en el Amway Arena como parte de la acción del baloncesto de la NBA.

El veterano armador boricua de los Mavericks, de 34 años de edad, hizo el viaje a Orlando luciendo una bota preventiva en la pierna derecha para su lesionado y operado Talón de Aquiles, que sufrió una seria rotura durante un partido ante Minnesota en enero pasado y fue inmediatamente sometido a una operación cuyo proceso de recuperación es por tiempo aún indefinido, limitando sus posibilidades de ir con el Equipo Nacional de Baloncesto al Mundial que se jugará del 31 de agosto al 15 de septiembre en China.

Al mismo tiempo está en la última temporada del contrato de cuatro años y 16 millones de dólares que firmó en el 2015, y va de camino a convertirse en agente libre no restringido al finalizar la actual campaña enebeísta.

Barea y su hijo Sebastián (Luis Santiago Arce / Primera Hora)
Barea y su hijo Sebastián (Luis Santiago Arce / Primera Hora)

“Ya cuando llegue el verano, cuando me vea entrenando en cancha, ahí es que uno se puede tratar o tomar una decisión bien importante. Hay muchas cosas: el contrato, el equipo. Van a haber muchas cosas, pero todo depende. No se puede hacer nada ahora, pero es algo que no voy a descartar hasta que de verdad no pueda”, subrayó Barea, acompañado por su hijo Sebastián.

Celebró, asimismo, la gesta del seleccionando boricua que selló su clasificación a China hace par de semanas con emocionantes triunfos locales sobre Argentina y Uruguay ante casa llena en el Coliseo Roberto Clemente para cerrar el largo proceso de ventanas eliminatorias.

“Súper. Esa era la meta, llegar. Especialmente ganar en Puerto Rico era lo más importante frente a la gente de nosotros. Y los muchachos se merecen eso, se merecen esa experiencia de ir a un Mundial y representar a Puerto Rico. Eso no es fácil”, agregó el pimentoso base mayagüezano.

Advirtió, además, que ya se agota el tiempo a potenciales renombrados candidatos para reforzar el quinteto nacional, incluyendo al delantero del Magic, Jonathan Isaac, y su cercano amigo Maurice ‘Mo’ Harkless, entre otros.

 “Tienen que empezar a mostrar un poquito de interés a ver lo que podemos hacer. Siempre lo saludo a ver cómo está (a Isaac), pero eso ya es otra cosa. Hay que dejarlo concentrarse en el juego”, afirmó Barea con una amplia sonrisa.

Garantizó, asimismo, su permanencia en la NBA. “Quiero jugar dos, si acaso tres años más. Me siento bien. Voy a tener que trabajar más duro que nunca este verano, pero sí me veo jugando un poquito más… el plan es jugar en la NBA. Si pasa algo que Dios no lo quiera pues uno busca otro plan, pero por ahora mi plan será NBA”, agregó.

Y está muy consciente de que tendrá una tarea muy complicada para completar esa meta. “Eso no es nuevo para mí. Siempre hay una competencia increíble en la NBA. Gracias a Dios siempre se necesitan veteranos que puedan jugar todavía en la NBA en cada equipo. Eso me abre unas puertas a mí y todavía tengo esas ganas. Si todavía tengo esas ganas sé que puedo jugar. Si se me van las ganas pues ya sé que me tengo que ir”, sentenció Barea, quien terminó el torneo 2018-2019 con promedios de 10.9 puntos y 5.6 asistencia por juego en 38 desafíos.

Reconoció, por su parte, que podría terminar fuera de los Mavericks. “No tiene que ser Dallas, pero yo quiero que sea Dallas. Ese es el plan, pero uno nunca sabe lo que puede pasar”.

Su dirigente, Rick Carlisle, opinó que “estoy muy optimista de que (Barea) podrá completar su regreso a jugar exitosamente. Tiene historial de sanar muy bien… es diligente y cuidadoso con los detalles de su rehabilitación y los ejercicios. Lo veo regresando a la cancha. Más allá de eso, va a ser una pieza muy importante para cualquier organización en la que juegue. Es un ganador. Sé que está muy enfocado en la posibilidad de jugar en la próxima temporada y por ahora su rehabilitación va muy bien”.

Según Barea, quien fue operado por los especialistas Eugene Curry y Daniel Worrel en la Clínica Carrell de Dallas, el proceso de rehabilitación va “un poquito más adelantado. Siempre soy de los que sello un poquito más rápido, pero tengo que tener paciencia. Los doctores me dicen ‘cógelo suave’, pero me va muy bien. Mejor de lo que yo creía… mejorando todos los días. Con la bota, pero ya estoy caminando. Ya mismo me quito la bota y por ahí seguimos. Una semana, máximo dos semanas más con la bota y ya empiezo a caminar. Poco a poco empezamos todos los días, todas las semanas la rehabilitación, los ejercicios, se ponen un poco más fuerte”.

Destacó, por último, la valiosa oportunidad que ha tenido de ser testigo de primera fila de la exitosa trayectoria de su compañero de equipo en Dallas y rival internacional, el alemán Dirk Nowitzki, cuya carrera parece que terminará al finalizar esta temporada.

“Ha sido especial. Para todos los jugadores internacionales, para la ciudad de Dallas ha sido una cosa increíble. Como compañero, como persona, como amigo es especial. Nunca va a haber nadie como él”, concluyó Barea.