Aguada. Juan ‘Pucho’ Figueroa entró el lunes al coliseo Ismael ‘Chavalillo’ Delgado y realizó la misma rutina que por 37 años ha hecho cada vez que pita un partido.

Corrió por unos tres minutos de un lado al otro de la cancha, hizo algunos estiramientos, dio las últimas instrucciones a los capitanes de los dos equipos, agarró su silbato y anunció el inicio del tercer partido de la serie final entre los Leones de Ponce y los Santeros de Aguada.

Pero había algo distinto dentro de sí. Y es que Figueroa sabe que con esta serie final del Baloncesto Superior Nacional (BSN) culmina su prolífica carrera como uno de los árbitros más respetados y admirados en Puerto Rico y el Mundo.

“Estoy un poco melancólico porque estoy empezando a ver el final de una carrera larga y tengo que decir que productiva. Estoy bien agradecido con todos los compañeros, apoderados, directivos y hasta la prensa por todos los años que hemos trabajado juntos en este negocio”, comentó Figueroa justo antes de entrar al tabloncillo para lo que podría ser su último partido de la serie.

La carrera de Figueroa inició en el 1983. Fue en un fogueo en el que evaluaban algunos talentos cuando el también reconocido árbitro Aníbal García le pidió que tomara el silbato porque no había suficientes oficiales.

Desde entonces, no ha parado de trabajar dentro de las líneas.

Sin embargo, a pesar de que todavía se encuentra en excelente condición, el veterano hombre de baloncesto está convencido de que es el momento idóneo para despedirse.

“Yo no quería retirarme cuando la gente me gritara ‘viejo’, ‘retírate’, ‘ya no puedes correr’. Pero la verdad es que son varias las razones que me llevan a retirarme. También estoy cansado de ese entrenamiento que tengo que llevar fuera de temporada para que, cuando llegue la temporada, esté en condiciones y poder correr y estar cerca de la jugada”, sostuvo Figueroa, de 60 años.

“Además de eso, hay una cepa extraordinaria de árbitros y es el momento de que ellos. Por eso, pienso que es el momento oportuno, a pesar de que hay mucha gente que me pide que me quede, que todavía me quedan varios años más”, agregó.

Un modelo a seguir 

Su trabajo es reconocido por todos los que, de una u otra forma, han tenido que compartir con él.

“Para mí, no hace falta que se retire, para mí está nuevo. Pucho es el perfecto ejemplo de lo que es ser un gran profesional y un gran ser humano. Yo como jugador, como gerente, como asistente o dirigente, siento confianza cuando a Pucho le toca pitar. Pucho era grande por la tranquilidad que te daba”, sostuvo el técnico de los Leones de Ponce, Wilhelmus Caanen.

“Pucho es un modelo a seguir dentro de los árbitros. Cuando hablas del BSN tienes que hablar de Pucho Figueroa. Es toda una vida dentro de la cancha y se va a extrañar”, agregó el mentor de los Santeros de Aguada, Carlos González.

La disciplina, rectitud y tacto de Figueroa como autoridad en la cancha lo llevaron a trabajar en distintos torneos internacionales y fue considerado uno de los mejores árbitros de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), al punto de que trabajó en algunos de los partidos más importantes en torneos internacionales, como torneos regionales, Preolímpicos y Mundiales, entre otros.

“Tuve la oportunidad de trabajar con las primeras tres ediciones de los equipos profesionales que organizó la USA Basketball, incluyendo el primero y único ‘Dream Team’ en el Preolímpico de Portland (1992). ¿Qué mejor que trabajar al lado de esas estrellas? Pero también trabajé la medalla de oro del Campeonato Mundial de Grecia en el 1998 y muchas otras medallas de oro en competencias internacionales”, sostuvo el laureado árbitro, quien también tiene grandes recuerdos de su paso por el BSN.

“Recuerdo la final de Aibonito y Morovis en 1987, que tuve que trabajar seis de los siete juegos de la serie. ¡Eso fue increíble!”.

Figueroa se retirará, pero no se despedirá del baloncesto, pues sus vínculos con el deporte como Director Atlético de la Universidad Central de Bayamón, presidente de la Comisión Técnica de la Federación de Baloncesto e instructor internacional de árbitros de baloncesto, lo mantienen cerca del deporte.

Sin embargo, habrá tiempo para nuevos proyectos.

“Voy a hacer mi escuela de arbitraje nuevamente. Yo la había fundado y cuando vino la Ley 7 me quedé sin trabajo en el gobierno, pero ahora que me retiro, voy a retomarla otra vez. Hay que hacer otras cosas desde el punto de vista educativo para que el trabajo del árbitro siga evolucionando”, adelantó Figueroa, quien aseguró que ahora disfrutará del baloncesto desde las gradas.

Luego de 37 años quemando tenis en las canchas del país e internacionalmente, a Figueroa solo le queda la satisfacción de que siempre contó con el respeto de todos los compañeros.

“Me gustaría que me recordaran como un hombre íntegro, responsable, que cantó siempre lo que vio y no que se lo inventó. Si canté una jugada errónea, fue porque me equivoqué como ser humano y no porque quise perjudicar o favorecer a alguien”, sentenció.