Guanajuato, México. En un espacio de 48 horas, Arella Guirantes fue dejada en libertad por el Storm de Seattle de la WNBA, hizo maletas y se dirigió hacia México para unirse a Puerto Rico en la FIBA AmeriCup 2023.

Arribó en suelo azteca a eso de las cuatro de la madrugada del sábado, y sin entrenar, se puso el uniforme para ayudar a las denominadas “12 Guerreras” a que consiguieran su primer triunfo en el torneo, con un dramático marcador de 63-62 sobre Colombia.

En un punto de dicho partido, la pizarra llegó a estar 19-4 a favor de las colombianas.

Todo cambió cuando entró Guirantes.

“Me sentí bien”, aseguró a este medio la jugadora de 25 años, soltando un suspiro de cansancio, pero con la sonrisa de un alumno que asiste a la escuela durante su primer día de clases.

Su deseo de volverse a probar en cancha y sentirse querida, pudo más que el agotamiento. Más que la decepción de no triunfar nuevamente en la WNBA, pese a que solo basta con verla mover el balón, animar a sus compañeras y anotar canastos claves, para darse cuenta que no es un talento cualquiera.

“No puedo entrar mucho en detalles sobre la desvinculación y todo eso, pero en mi corazón yo quería estar aquí. Quería jugar por Puerto Rico. Quería regresar a cancha y estar feliz”, añadió.

Guirantes fue cortada por el Storm durante la noche del jueves. Apenas disputó nueve partidos para el equipo esta temporada, promediando 1.3 puntos y 0.7 rebotes en solo 5.3 minutos por partido.

No vio acción en cuatro de sus últimos cinco compromisos.

“Seattle fue bueno conmigo. Lo que pudo decir es que estaba practicando con ellos, hablé con los ‘coaches’ y les dije que lo mejor para mí era esto. Quería sentirme feliz nuevamente. Un agradecimiento a Seattle. Disfruté mucho estar en la organización. Me ayudó en el trayecto”, sostuvo.

Guirantes, que también jugó brevemente para las Sparks de Los Ángeles en 2021, aportó 17 puntos, siete rebotes, cinco asistencias, dos tapones y un robo de balón contra Colombia. Estuvo en todos lados de la cancha.

Arella Guirantes se bajó del avión, sin practicar, para ayudar al conjunto boricua a conseguir su primer triunfo en la AmeriCup.
Arella Guirantes se bajó del avión, sin practicar, para ayudar al conjunto boricua a conseguir su primer triunfo en la AmeriCup. (Josian Bruno Gómez)

“Esta victoria nos enseña todo lo que necesitamos para conseguir el objetivo. El cómo ganar juegos cerrados, el cómo cerrar juegos”, abundó.

“Claro que queremos jugar mejor. Queremos vernos mejor. Pero siempre podemos aprender lecciones incluso en los peores momentos”.

“Contra Colombia, no nos fue bien. Es la realidad. No apreciamos el momento. No supimos, como jugadoras, entender que estas rivales nos van a jugar duro. La mayoría son profesionales. No podemos tomar un día libre. Tenemos que jugar duro. Retroalimentarnos de nuestra energía”, indicó.

Arella tendrá su primer entrenamiento con el grupo durante la mañana del domingo.

“Me siento bien. Un poco cansada porque no dormí. No sabía que iba a jugar tanto, pero todo por Puerto Rico. Todo por ayudar a la isla a llegar lo más lejos posible”, apuntó.