San Germán. La carrera profesional de Calvin Thomas “C.J.” Bruton dio un giro completamente inesperado prácticamente de un día al otro.

El veterano armador americano-australiano comenzó la campaña 2011 del Baloncesto Superior Nacional (BSN) refuerzo de los Piratas de Quebradillas, pero -tras semanas de especulaciones- fue licenciado el pasado jueves, con los Piratas en plena carrera hacia la ronda semifinal.

Pero lo que el jugador no veía venir fue lo que sucedió luego: recibió una llamada de la gerencia de los Piratas, días después, para que aceptara el puesto de dirigente del quinteto, luego que la gerencia despidiera a Manolo Cintrón.

“Si fuese más joven, quizás estuviese un poco molesto por la forma en que ocurrió todo esto. Pero al ser un veterano, entiendo cómo funciona el mundo del baloncesto profesional y que las franquicias hacen este tipo de movidas porque quieren ser exitosos”, resaltó Bruton mientras observaba a sus pupilos y ex compañeros calentar en el coliseo Arquelio Torres de San Germán.

Tras varias semanas en que Cintrón caminaba sobre una cuerda floja, luego que la gerencia discutiera la posibilidad de despedirlo ante lo que catalogó como presión de la fanaticada y auspiciadores, finalmente sucedió el domingo, luego de dos derrotas corridas ante los Atléticos.

“Yo sólo estoy de regreso, y acepté el puesto de dirigente porque creo en mis compañeros de equipo, creo en el pueblo de Quebradillas y creo que hay una oportunidad de tener éxito, pese a lo que hemos experimentado y el drama que se ha visto”, dijo Bruton.

La gerencia de los Piratas entrevistó, según Bruton, a siete técnicos para asumir las riendas del equipo, y todos rechazaron la oportunidad. Bruton fue el octavo candidato.

“Hubiese sido muy fácil para mí el decirles que no, regresar a mi casa y hacer lo que tenía que hacer. Luego de pasar dos años con el equipo, con este núcleo de jugadores y liderarlos en la cancha, ellos (los jugadores) creen en mí, irrespectivamente de lo que piense la gerencia, los fanáticos y los auspiciadores. Aunque siento que estoy listo para hacer la transición de jugador a dirigente, entiendo que todavía me quedan varios años buenos como jugador”, recalcó Bruton.

Mientras, Bruton dijo que no siente ningún tipo de presión ni miedo en debutar como dirigente, sin tener experiencia previa, en una situación difícil como la que atraviesa Quebradillas en estos momentos.

“Sé que mis hombros son lo suficientemente grandes, y que soy hombre suficiente para soportar la presión. Voy a dar lo mejor de mí mismo para que el equipo sea exitoso”, subrayó Bruton.