La reducción en el periodo de cuarentena que atravesarán los jugadores y miembros del cuerpo técnico que participó de la segunda ventana clasificatoria al AmeriCup 2022 y que regresaron este martes a la ‘burbuja’ del Baloncesto Superior Nacional (BSN) en Río Grande se debe a que el grupo viene de jugar en un ambiente controlado -en el que la posibilidad de contagio con coronavirus es mínima- y por las condiciones de salubridad que se han creado en el hotel donde se completa la temporada de la liga nacional.

Así lo explicaron el doctor Luis Molinary y el epidemiólogo José López de Victoria, quienes han trabajado junto al BSN en la creación y mantenimiento del protocolo salubrista en la ‘burbuja’ del Wyndham Grand Rio Mar.

Las reglas para el reingreso a la ‘burbuja’ fueron aprobadas por el Departamento de Salud y anunciadas por la liga este martes. Puerto Rico se enfrentó a México y Bahamas por un pase al torneo continental que se llevará a cabo en 2022.

Los criterios certificados dictan que los deportistas -a los que ya se les hizo una primera prueba molecular hoy- permanecerán aislados y con monitoreo de síntomas hasta el lunes, 7 de diciembre, cuando se realizarán una segunda prueba PCR.

De obtener resultados negativos en ambas pruebas, el grupo se podrá integrar a las plantillas de sus respectivos equipos mientras continúa un monitoreo activo de síntomas hasta el día 14 luego de su llegada.

Asimismo, si luego del 7 de diciembre algún jugador o personal presentara síntomas, se les aislará y se les realizará una prueba de antígenos inmediatamente.

“Nosotros nos sentimos cómodos con acortar ese periodo de 14 días (de cuarentena) dada la información epidemiológica que tenemos sobre qué estaban haciendo en Indianápolis y los procedimientos de FIBA. Así como el estado de cómo se manejaron las pruebas de los otros equipos, además del Equipo Nacional. Adicional a eso, confiamos en los protocolos y -sobre todo- en el ambiente que hemos creado en la ‘burbuja’”, expresó López de Victoria, quien destacó que llevan cuatro semanas sin que se detecte un caso positivo de COVID-19 en Río Grande.

Molinary aclaró que las directrices que se le dan al público en general en torno a que deben guardar 14 días de cuarentena obedece a que ese es el periodo de incubación del coronavirus y es la recomendación de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Sin embargo, en su práctica como médico ha visto que la mayoría de los pacientes comienzan a mostrar síntomas al cuatro o quinto día de exposición.

Asimismo, insistió en que los jugadores están encerrados en sus habitaciones sin contacto con el resto de las personas que están en el hotel.

“El protocolo que aprobó Salud no está distante del protocolo que nosotros hemos hecho por un mes y que ha sido perfecto porque llevamos un mes libre de COVID-19. El protocolo de nosotros era de siete días, pero era cinco días de PCR a PCR (pruebas moleculares) y al séptimo día hacemos una prueba de antígenos”, abundó Molinary.

El cardiólogo también destacó que contrario a un ciudadano particular -que no se aísla completamente al exponerse a un posible contagio- los jugadores que ven acción en esta temporada son obligados a pasar un confinamiento estricto y son sometidos a pruebas antes de permitírsele jugar.

En cuanto a la regla que señala que el protocolo no le aplicará a los jugadores o miembros del equipo de trabajo que se han recuperado por COVID-19, tanto Molinary como López de Victoria que se sienten cómodos con la evidencia “científica, médica y epidemiológica” que se tiene hasta el momento como para hacer esa recomendación.

“Nos sentimos cómodos con la evidencia científica, médica y epidemiológica que tenemos como para recomendar que jugadores que ya hayan tenido COVID jueguen de inmediato”, puntualizó el epidemiólogo.

Por último, los especialistas informaron que el protocolo para la postemporada seguirá como hasta el momento, con pruebas moleculares todos los martes en el hotel y con una prueba de antígenos los sábados.