Lyannis Torres supo que su norte era jugar baloncesto profesional desde que tenía apenas ocho años.

Ese sueño lo cumplió y, en la actualidad, juega con las Criollas de Caguas en el Baloncesto Superior Nacional Femenino (BSNF). Sin embargo, como muchas canasteras que compiten en la liga, tiene que buscarse la vida en otros trabajos para poder costear sus gastos.

Torres, de 28 años y natural de Trujillo Alto, posee un bachillerato en Educación Física Adaptada de la Universidad de Puerto Rico en Bayamón. Gracias a esos estudios, hoy en día da clases en la Escuela Basilio Milán Hernández de Toa Baja, una institución especializada en deportes. A su vez, es dirigente de baloncesto en Bayamón Military Academy y con los Lancheros de Cataño, tanto en la División 2 del torneo Novicios de la Liga Juvenil de la Federación de Baloncesto como en Little Lads.

“Yo juego desde los ocho años. Mi carrera como baloncelista fue mi prioridad desde el momento en el que empecé a jugar. Ser maestra vino luego con el tiempo, cuando entré a la universidad”, contó Torres a Primera Hora.

“Llevo siete años en el BSNF. Los primeros seis años fueron un poco cuesta arriba. Trabajaba como maestra al mismo tiempo que corría la temporada. Me levantaba para ir al gimnasio, luego trabajaba y después iba a mis prácticas. Coordinaba también con los clubes que dirigía para dar las prácticas en mis días libres. Este año me tomé una licencia hasta diciembre mientras termino la temporada y me he mantenido jugando aquí con las Criollas y dirigiendo a los Lancheros de Cataño”, abundó.

Al igual que Torres, otras canasteras de las Criollas como Keiry Huertas, Victoria Suárez y Fabiola Penzo, combinan el básquet con otros oficios para cubrir sus gastos. Pero esto no es algo que solo sucede en Caguas, pues le ocurre a prácticamente todas las jugadoras nativas de las demás franquicias.

“Mantener un rendimiento de alto nivel todo el tiempo es un poco difícil cuando tienes otros trabajos, pero no puedes dejar de hacerlo porque vives de eso. Aunque la liga está muchísimo mejor ahora, todavía no estamos al nivel de los varones para poder vivir de esto. Por lo tanto, nosotras no podemos dejar de trabajar para dedicarnos por completo a jugarlo”, explicó la joven escolta. “Es algo que afecta el rendimiento. Muchas veces las lesiones son causadas por eso al no tener mucho descanso”.

Lyannis Torres también es dirigente de baloncesto en Bayamón Military Academy.
Lyannis Torres también es dirigente de baloncesto en Bayamón Military Academy. (Suministrada / Buzzer Beater )

Otra opción que Torres y sus compañeras podrían considerar para obtener ingresos adicionales es la Liga de Baloncesto Puertorriqueña Femenina, que se celebra durante la temporada muerta del BSNF. No obstante, las jugadoras mayores de 25 años del BSNF no pueden participar en ese torneo, confirmó el director general Luis Gabriel “Gaby” Miranda, a este medio.

“Realmente, no hay mucho taller femenino por ahí. A veces hacen torneos invitacionales y jugamos, dependiendo del tiempo porque eso vendría siendo un pasatiempo, a diferencia del BSNF que es un trabajo. Lo hacemos a veces para mantenernos en ritmo, pero no hay taller para las que tienen mi edad”, relató Torres.

En el caso de los varones, los canasteros del BSN no pueden competir en la Puertorriqueña sin importar la edad que tengan, pero tienen una realidad muy distinta a las féminas. Un nativo que sea reserva en el BSN puede ganar hasta $60,000 y algunos superan esa cifra si son considerados “Max Players” o han militado en el exterior. Las mujeres, en tanto, reciben un estipendio máximo de $16,000 si son clasificadas como “Jugadoras Élites”.

“Nosotras lo hemos hablado para que, al menos, permitan a una o dos jugadoras del BSN por equipo en la Puertorriqueña como refuerzos. Entiendo que ellos tampoco les quieren quitar esa oportunidad a las que están saliendo de universidad. Ahora mismo hay varias novatas que, gracias a la exposición que tuvieron en la Puertorriqueña y a que estuvieron activas durante todo el verano, han tenido un buen desempeño en el BSNF”, sostuvo.

Pese a lo difícil que puede ser el camino para convertirse en baloncelista profesional en Puerto Rico, Torres afirmó que todos los días observa el interés de niñas por algún día ganarse la vida en el tabloncillo. Reconoció que, cuando jugaba en categorías menores, desconocía la existencia del BSNF, por lo que se ha dedicado a inculcar la pasión por la liga en sus pupilos.

“Siempre trato de invitarlas a los juegos para que conozcan la liga. En mi caso, cuando jugaba en categorías menores, no sabía del BSNF. Procuro inculcarles que, más allá de que les guste el baloncesto, tengan la meta de llegar lejos y que nos vean como un ejemplo”, indicó.