Cayey. Bajo un cielo nublado de su ciudad natal, los colores de un mural con dimensiones de 80x30 pies brillaban como los recuerdos de la carrera forjada entre triunfos y caídas del exbaloncelista boricua José “Piculín” Ortiz.

Flores verdes y violetas, inmensidad de vegetación, un gallo, un niño jugando con un aro de bicicleta que simula un canasto de baloncesto en un barrio de Cayey junto a la gigante imagen de “Picu” vistiendo la camisa de la Monoestrellada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 son todos los detalles que recoge la pieza del muralista David Zayas.

Es más que un arte. Es un homenaje del pueblo, llamado Victoria, a uno de sus hijos legendarios en el edificio más grande del municipio cayeyano, que también carga el nombre de Ortiz.

“Este mural se comenzó a soñar mucho antes de que conociéramos los retos de salud que tiene mi compañero y eso para mí le da la fuerza aún más poderosa porque nace desde la luz, nace desde nuestros corazones más allá de la urgencia. Nace del amor y no de la conveniencia”, expresó Zayas el miércoles en la inauguración oficial de la pintura.

Este es el mural que incluye simbolismo de patria y del triunfo del canastero en la vida y el deporte.
Este es el mural que incluye simbolismo de patria y del triunfo del canastero en la vida y el deporte. (Pablo Martínez Rodríguez)

En febrero, el excentro de la Selección Nacional habría subido en una grúa para junto a Zayas plasmar su firma en el arte.

La pieza, que recuerda la victoria de los boricuas frente a Estados Unidos, 92-73, en Atenas 2004, se inició hace unos cuatro años. El exaltado al Salón de la Fama del baloncesto de la FIBA en 2019 fue diagnosticado con cáncer colorrectal a finales de 2023.

En enero, el ocho veces campeón del Baloncesto Superior Nacional (BSN) entre los Atléticos de San Germán y los Cangrejeros de Santurce sufrió una recaída luego de una operación a la que fue sometido a inicios de este año luego de que los médicos encontraran que todavía tenía células de la condición en su organismo.

“Por las situaciones que todos sabemos que este servidor tuvo que pasar, tuvimos que aplazar de alguna manera (la inauguración), pero estamos aquí en victoria”, fueron las primeras palabras de Ortiz minutos antes de la presentación.

Piculín Ortiz siente una honra grande por la creación del referido mural.
Piculín Ortiz siente una honra grande por la creación del referido mural. (Pablo Martínez Rodríguez)

“Quisiera expresar mi más profundo agradecimiento por este honor que se me concede. No trabajamos para eso, son cosas que deciden ustedes, las personas que nos ven cómo nos destacamos en la vida. Es un honor que me concedan poner este edificio tan histórico en nuestro pueblo en nombre de este servidor. Este gesto no solo es un reconocimiento mío, sino también una victoria, como bien dice el nombre que le puso David”, agregó el líder histórico de Puerto Rico en Mundiales adultos con 511 puntos, quien fue acompañado de su esposa, Sylvia Ríos; su madre; su hija, la voleibolista Neira Ortiz; sobrinas y más familiares.

La verdad sobre el nombre

El mural fue bautizado Victoria, pero no tan solo por aquella ante el inmortal equipo estadounidense, sino por lo que ha significado la trayectoria deportiva de Ortiz para el país.

La imagen utilizada fue realizada por el fenecido fotoperiodista Ismael Fernández frente al Partenón de la capital de Grecia.

“Este mural se llama Victoria, no solo por una victoria deportiva, sino por todas las victorias silenciosas que este hombre y que todos como pueblo hemos vivido junto a él. La victoria de representar a Puerto Rico con dignidad, la victoria de ser un símbolo de resistencia, la victoria de seguir de pie”, explicó el artista ponceño.

“Es la metáfora de cómo ha cargado este país en su corazón, como embajador, como inspiración, como nos ha cargado a nosotros en sus hombros, en sus brazos, en cada victoria, en cada representación de Puerto Rico”, añadió.

Ortiz sostuvo que por estas distinciones representadas en ocasiones en arte puede decir “logré la meta”.

La pieza, del muralista David Zayas, lleva por nombre "Victoria" y se inició hace unos cuatro años.

“Esto es una victoria que celebramos todos los cayeyanos. Una carrera de 26 años donde todo Cayey me vio crecer, desarrollarme y sudar tanto la liga como la patria”, dijo el exatleta de 61 años.

Honra sus raíces

“No me cabe el corazón en el pecho como cayeyano y como puertorriqueño. Ha sido un privilegio formar parte de este legado. Agradecido de esta distinción”, comentó Ortiz.

En un encuentro aparte con medios de la prensa local, Ortiz destacó que el niño pequeño jugando baloncesto y plasmado en la pieza fue una petición suya para nunca olvidar sus raíces.

“Eso fue una petición mía porque de las primeras veces que yo juego a baloncesto fue con un aro de bicicleta... Nos reunimos para hablarle de todo eso y él me sorprendió con ello. Uno no puede perder ese principio de dónde comenzó todo”, dijo Ortiz -quien debutó en la NBA con el Jazz de Utah luego de ser seleccionado en la primera ronda del sorteo del 1987-.

El destacado aprovechó, una vez más, para reconocer la presencia de su maestro Orestes Vélez Alicea, quien lo introdujo al deporte a nivel escolar.

Sobre los símbolos de la naturaleza, en que resaltan plantaciones de plátanos, Zayas manifestó que representa tanto a Cayey como a Puerto Rico. Asimismo, el gallo es una simbolización de la lucha personal y en el tabloncillo.

“A lo largo del proceso he sentido como esta obra tomó vida y se alimenta de algo más allá de pinceladas y brochazos. Se alimenta de respeto, se alimenta de historia, de cariño y también de tiempo, porque este mural no nace de la prisa, tampoco de la conveniencia”, concluyó Zayas.

La pieza dedicada a “Picu” es parte del programa Murales de Puerto Rico, una iniciativa diseñada por la Compañía de Turismo de la isla para impulsar la cultura y revitalizar comunidades urbanas.