Los zapatos que tiene que llenar Gary Browne son enormes. Y eso no le preocupa en lo más mínimo.

El armador trujillano de 28 años fue nombrado como capitán de la selección nacional de Puerto Rico por el dirigente Eddie Casiano y se unirá a una lista que a través del tiempo ha contado con figuras legendarias como José “Piculín” Ortiz, Carlos Arroyo y José Juan Barea.

“Eso se ha hablado en años anteriores, y no es la primera vez que soy el armador de la selección nacional. Así que no lo veo como algo nuevo porque ya ha pasado en los últimos años. Estuve en la clasificación del Mundial y en el Mundial, y realmente es como que algo se oficializó, pero el rol ha estado ahí durante los pasados años”, expresó Browne, quien tiene experiencia internacional en el baloncesto de Israel, Turquía e Italia.

Pero no malinterprete a Browne.

“Claro que para mí es un orgullo y un honor serlo. Lo que quiero decir es que eso no va a cambiar el trabajo que hago, que para mí siempre ha sido el mismo. Como armador yo tengo que hablar con los tipos todo el tiempo y con Eddie (Casiano, dirigente) también. Lo que cambia es que ahora es oficial para la fanaticada y para la prensa”, explicó.

Y como el dirigente dentro de la cancha, el ex Jugador Más Valioso del Baloncesto Superior Nacional tendrá mucho trabajo entre sus manos ante la entrada de una juvenil cepa de canasteros a las filas del equipo nacional adulto que se probarán a nivel internacional en el Repechaje Olímpico de Serbia, que se jugará a finales de este mes.

Destacó la buena energía que tiene el grupo actual, y aunque no entró a opinar sobre la ausencia de nombres clave en el conjunto, entiende que cada uno de los ausentes tendrán sus razones válidas.

“Tenemos muchos más jóvenes que en torneos anteriores, pero el ambiente se siente bien y los que están aquí son los que quieren estar. Están contentos de estar aquí y dispuestos a trabajar duro. Al final del día, la meta es clasificar y en eso trabajamos”, finalizó Browne.