Para los Gigantes de Carolina, su escenario ideal sería ganar el partido de esta noche frente a los Piratas de Quebradillas en el coliseo Raymond Dalmau y luego regresar a casa el próximo miércoles para buscar frente a su gente el pase a la serie final.

Pero del dicho al hecho hay un largo trecho.

Por esa razón, los Gigantes se presentarán al partido con la mentalidad de que no hay mañana a pesar de haber ganado su desafío del sábado, 92-88, frente a Quebradillas para empatar 2-2 en su serie semifinal al mejor de siete juegos.

“Iremos a ese juego preparados como si hubiéramos perdido el pasado partido. Usualmente, cuando vienes de ganar un juego, te confías y no haces muchos ajustes. Para este juego, seguiremos haciendo ajustes porque esto se ha convertido en una serie del que gane dos partidos”, sostuvo el dirigente y apoderado de los Gigantes, Joel Katz.

Según Katz, Carolina apretará aún más en defensa ante el armador de los Piratas, Cliff Hammonds, y tratará de ponerle más presión al centro Peter John Ramos, que ha sido el verdugo de los Gigantes en sus dos derrotas durante esta serie.

“Nos salió bien el ajuste de colocar a Kennel Sánchez sobre Hammonds en el partido anterior para negarle libertades y contener el juego de la carrera de los Piratas, que es el mejor en la liga. Vamos a tratar de repetir esa fórmula”, dijo Katz.

“Pero también hay que hacer trabajar más a Peter. No sólo ajustar mejor en defensa contra él, sino también alimentar ofensivamente más a menudo a Donnell Harvey en la pintura y forzar a Peter a tener que defenderlo, y quizás, hasta meterse en problemas de faltas. Cuando Harvey mete entre 18 a 20 puntos, no da muchas más posibilidades de triunfo”, sentenció.